Pero no ocurrió, por un instante, apenas un instante, parecía que habíamos recuperado la República. La dignidad y coraje de aquel tribunal presidido por el Dr. León Arslanián, nos devolvía una ilusión de dignidad y futuro. Nadie de mi generación pudo evitar la emoción profunda en aquel momento. Teníamos tres poderes que sostenían la esperanza. Raúl Alfonsín en el Poder Ejecutivo, el mismo que dijo: “Macri, es mi límite, es un peligro para la Argentina, si llega a triunfar en la Capital podríamos tenerlo en poco tiempo en la presidencia de la Nación”. Un Poder Legislativo recién elegido democráticamente y un Poder Judicial con una enorme dignidad, tanta como para juzgar, condenar y hacer cumplir las penas a los delincuentes que habían sembrado el horror y la muerte durante la dictadura.
“Dr. ALFONSÍN, AHORA LOS INTERESES YA NO SERÁN DEL 4%, SERÁN DEL 9%”
Alfonsín asumía un país devastado política y económicamente. Cuando el golpe militar que derrocó a Perón en 1955, nuestra deuda externa era de mil millones de dólares. Cuando el Golpe militar de 1976, ya había crecido hasta nueve mil millones. Y seis años después, los golpistas la habían quintuplicado. Eran más de cuarenta y cinco mil millones de dólares. La dictadura había cumplido su rol, ordenado desde el norte: arrasar lo que quedaba de la industria nacional y endeudarnos hasta niveles impagables. Para eso habían venido y habían cumplido. Ahora en la cárcel, los criminales, quizás sentirían haber sido usados para designios siniestros y luego abandonados.
Con ese panorama asumió Raúl Alfonsín. Con su gabinete había preparado una estrategia de austeridad extrema para poder gestionar la crisis que debía enfrentar. Los créditos otorgados por los usureros internacionales habían sido concedidos a la dictadura, a tasas internacionales, alrededor del 4% anual, a efectos de seducción. Cuando Alfonsín se reunió con los mandantes de los prestamistas para manifestarle cual era la estrategia que había planeado para enfrentar lo que venía, con su natural cinismo le dijeron: “todo bien Dr., pero hay un detalle, los intereses que tendrán que pagar ya no serán del 4%, ahora serán del 9% anual”.
Lo demás es historia, los usureros sabían que la nueva cifra de intereses era impagable, Lo que ellos estaban buscando era adueñarse las empresas públicas que todavía estaban en manos del Estado Argentino. Tarea que quedó a cargo del pelele de Anillaco, a quien entretenían con ferraris y vedetongas mientras se repartían el enorme capital económico social que se había acumulado en los años de la Segunda Guerra Mundial y posteriores, cuando habíamos tenido que sustituir importaciones a la fuerza.
A MENEN LE ENCOMENDARON LIQUIDAR EL PATRIMONIO DEL ESTADO. A MACRI ENTREGAR LOS RECURSOS NATURALES.
Macri, durante su presidencia, con su enorme cinismo, decretó que la deuda que él tomaría estaría garantizada por los recursos naturales, algo prohibido por la Constitución Argentina. Y lo hizo por un DNU, absolutamente ilegal, además de inmoral y criminal. Acto seguido nos endeudó en una cifra estrafalaria, para de paso, tener dólares frescos para fugar los dineros que fue robando el y su equipo durante su gestión.
Incluso, en un final de fiesta a toda orquesta, el FMI, por orden de los conocidos de siempre que provocaron el golpe de 1976 y quintuplicaron nuestra deuda en ¡ 6 años! ¿les suena? Tomo en algunos meses créditos del organismo por casi cincuenta mil millones de dólares. Para que garantizara su reelección. Pero no puedo con el genio y al igual que la historia del alacrán y el buey, se los robaron y fugaron con su ‘equipo económico’ semana tras semana, a medida que ingresaban los fondos.
No vamos a extendernos sobre los crímenes de Macri, ¿Cuál quieren? ¿Las cloacas de Morón? ¿El saqueo del Correo Argentino?, ¿el contrabando de Opalsen? ¿los mil millones de dólares que se hizo pagar (comisión mediante) con su amigo el ‘guille’ Dietrich, como “compensación” (SIC) por atraso en tarifas de peajes? Si, de los peajes que le había regalado Menen y que el transformó en casillas recaudatorias personales, de efectivo, sin jamás reparar una sola de las rutas ‘privatizadas’ durante el menemato. ¿Los parques solares? ¿El organizar desde los organismos del estado un servicio de espionaje interno, algo prohibido expresamente por la Constitución nacional, con el que incluso espió hasta sus propios hermanos, en su afán de despojarlos de la herencia de su padre, a quien no dudo en calificar con un delincuente ante las cámaras de la TV local, para endilgarle delitos propios y ajenos? ¿Las cuentas en paraísos fiscales donde oculta los bienes asaltados al patrimonio del Estado?
Para que seguir, por algo la prensa internacional lo califica como el presidente más corrupto de la historia de América Latina.
Ahora se pasea frente a todos nosotros insultándonos con su cinismo y su impunidad. Total de aquel tribunal de la dignidad que condenó a los siniestros golpistas del 76 ya no queda nada. El se encargó que esta CSJN sea una payasada. Una caricatura grotesca de lo que debimos ser y ya no somos. El sabe que tiene las espaldas cubiertas: en el máximo tribunal están sus cómplices y amigos.
Duele tanto este país!