El lunes de la semana pasada se cumplieron tres meses desde la desaparición de Fernanda Isabella Aguirre, una niña de 13 años de edad, 1,60 m de altura, cabello rubio hasta los hombros y ojos marrones.
Fernanda vivía en San Benito, una localidad cercana a Paraná y desapareció el 25 de julio, a las 16 aproximadamente, en momentos en que se dirigía a su domicilio desde un puesto de flores ubicado en la zona del cementerio privado de la mencionada localidad.
En ese momento vestía pantalón azul tipo vaquero, remera blanca y campera tipo polar marrón.
El hecho conmocionó al país, ya que los medios de comunicación masivos dieron cuenta del suceso y la fotografía de Fernanda fue expuesta en las pantallas televisivas y los diarios de gran tirada.
A partir de allí se iniciaron una serie de investigaciones y hechos, que llevaron a la Policía a detener a Miguel Angel Lencina, como supuesto autor. Lencina terminó ahorcándose en su celda, según afirma la Justicia. Mientras su mujer, Mirta Cháves, no declara al respecto del posible paradero de la niña.
En tanto, a más de 90 días de la desaparición de Fernanda, los medios de Buenos Aires ya casi no se ocupan del caso. Asimismo, las marchas pidiendo justicia ya no son masivas. La propia madre de Fernanda, María Inés Cabrol, lamentó «la falta de solidaridad» que existe en San Benito y anticipó que cuando sepa sobre el destino final de su hija, su familia se irá de esa ciudad. El domingo hubo una nueva caravana que partió desde la Iglesia de San Benito, pero participaron apenas unos 20 vehículos. La marcha de autos pasó por la Catedral de Paraná, el edificio del Poder Judicial y el Parque Urquiza. El único funcionario que pudo observarse fue el titular de la Oficina de Atención a la Víctima, Walter Carballo.
Por otra parte, Juan Carlos Blumberg, que sufriera el secuestro y posterior muerte de su hijo Axel, y que es visto frecuentemente en otros sucesos de similares características, no aparece por San Benito, al menos hasta el momento.
La Policía y la Justicia entrerrianas realizaron investigaciones en Entre Ríos y en otras provincias, pero no pueden hallar la punta del ovillo y nadie sabe qué pasó con Fernanda.
El tiempo puede hacer olvidar muchas cosas. Bien lo sabemos los habitantes de Chajarí que, después de años aún desconocemos los nombres de quién o quiénes mataron a Alejandra Natalia Martínez. Es de esperar que no ocurra lo mismo con el caso de Fernanda Aguirre.