La reunión en la Casa Blanca, contó con la presencia de representantes mexicanos, encabezados por el ministro de Exteriores, Marcelo Ebrard, así como el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo.
Sin embargo, las negociaciones entre los representantes de ambos países continuarán este jueves, según indicó el presidente de EE.UU., Donald Trump.
"Hay progreso, ¡pero no lo suficiente!", escribió el mandatario en su cuenta personal de Twitter.
El pasado 30 de mayo, Trump anunció que a partir del próximo 10 de junio EE.UU. impondrá aranceles del cinco por ciento a todos los productos que ingresen desde México, mientras ese país no detenga el flujo de migrantes, al tiempo que ratificó que si no son cumplidas sus demandas, los aranceles crecerán cinco por ciento por mes hasta llegar a 25 por ciento en octubre.
El Gobierno que preside Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha estado bajo una intensa presión de la Administración de Trump para que bloquee el paso de las decenas de miles de migrantes indocumentados que buscan llegar al norte cada mes.
Como las autoridades estadounidenses no pueden detener la inmigración ilegal hacia EE.UU., Trump responsabiliza a los países de la región (Guatemala, Honduras y El Salvador, los puntos de origen de la mayor parte del éxodo) y los ha amenazado con sanciones a menos que tomen medidas más severas para detener el flujo migratorio.
La intención de Trump es que México fortalezca la seguridad en sus fronteras e impida el acceso libre de los migrantes hacia EE.UU. Sin embargo, obstaculizar ilegalmente la capacidad de los migrantes de ingresar al territorio estadounidense, o tratar de disuadirlos de entrar, viola sus derechos y los acuerdos internacionales.