“La democracia no consiste sólo en la garantía de la libertad política; entraña a la vez la posibilidad para todos de poder alcanzar un mínimun de felicidad siquiera’.
Hipólito Yrigoyen, mensaje al Congreso de la Nación, 31 de Agosto de 1920.-
No basta con quejarse. Ante la indignación y el dolor que causan las cifras de la pobreza y la indigencia en la población infantil entrerriana, no nos alcanza con denunciar la situación y lamentarnos de ella. Estamos obligados a ofrecer propuestas. Ideas concretas que avancen en pos de la superación del problema. Con el propósito de ofrecer un incentivo al debate; se esboza aquí una idea. No es original, por cierto; se inscribe en la línea de pensamiento que reconoce la necesidad de avanzar en políticas de seguridad social de nuevo cuño, basadas en programas de «renta básica de ciudadanía», «ingreso ciudadano» – o como quiera llamarle – que avancen gradualmente en su nivel de cobertura, comenzando por los niños en situación de mayor vulnerabilidad. Seguramente es perfectible, probablemente haya otras mejores; simplemente se trata de demostrar que las soluciones están al alcance de la mano; a veces no sabemos (o no queremos) buscarlas. Para superar una situación no deseada se necesitan – al menos – 3 requisitos: querer hacerlo (voluntad política), saber hacerlo (tener una idea viable y adecuada al problema), y poder hacerlo (contar con los recursos de todo tipo que resultan necesarios). Lo que creo quedará claro para el lector es que al menos existen ideas y antecedentes, y los recursos están; fundamentalmente hace falta voluntad política sincera.
Cuál es el problema ? Básicamente, y para tratar de acotarlo a dimensiones que resulten solucionables de inmediato, podríamos definir nuestra situación problema como la «indigencia en chicos entrerrianos». Que haya gurises menores de 14 años que tengan que vivir bajo la línea de la indigencia (pobreza extrema), o sea que no pueden acceder siquiera a una canasta básica de alimentos, es una situación intolerable, inaceptable, que vulnera derechos humanos inalienables.
Cuál es la solución ? Por lo tanto, la solución podría pasar por que la sociedad y el Estado reconozcan a todo niño hasta los 14 años en condiciones de pobreza extrema el derecho a percibir un ingreso básico, independiente de la situación laboral de sus padres, que le permita acceder a condiciones mínimas de alimentación, salud, y educación, que a su vez le otorguen la posibilidad de acceder realmente cuando sea mayor a su condición de ciudadano. Se trataría de un programa universal, de redistribución solidaria de ingresos, que parte de reconocer un derecho, concebido como un mecanismo automático de asignación de un beneficio a quien cumple los requisitos, alejado de la discrecionalidad y las tentaciones clientelares de los mandatarios de turno, con activa participación y control de la sociedad civil. El beneficio debería ir vinculado únicamente al requisito de escolaridad y de cumplimiento de controles periódicos de salud; así como de acciones de capacitación de las madres.
Cuál es la dimensión del problema ? Veamos. En Entre Ríos, en el año 2001 había 1.158.147 habitantes. Si presuponemos rápidamente que la tasa de crecimiento demográfico mantiene valores similares a los del período intercensal anterior, es razonable pensar que nuestra provincia contará con alrededor de 1.220.000 habitantes el año que viene. No contamos con cifras del INDEC que nos den un panorama del total de la provincia, dado que la Encuesta Permanente de Hogares se realiza sólo en Paraná y en Concordia. Pero supongamos por un momento que la media provincial se aproxima a los guarismos de Paraná (en un extremo encontraremos a Concordia, con uno de cada dos chicos indigentes; pero también encontraremos, en el otro extremo, localidades donde la pobreza extrema se reduce notablemente). En ese caso, y suponiendo que el % de menores de 14 años sobre la población total es similar al del 2001 (29,75 %), tendríamos 362.950 niños y niñas en el año 2005. Si, como en Paraná en el primer semestre de 2004, el 29,3 % es indigente; tendremos en la provincia 106.344 chicos indigentes el año que viene.
Cuál es la dimensión de la solución ? Suponiendo que el ingreso a implementar asciende a $ 75 por chico, si multiplicamos ese monto por la cantidad de chicos, nos da una erogación mensual de $ 7.975.800 por mes. Si multiplicamos esa cifra por los 12 meses del año, nos da $ 95.709.600, una cifra equivalente a lo previsto en concepto de pago de intereses de la deuda pública. Ese es el monto de la inversión que debe afrontar el Estado provincial para prácticamente eliminar la incidencia de la pobreza extrema en menores de 14 años. Es una cifra que representa el 3 % del Presupuesto previsto para el 2005 en el mensaje del Poder Ejecutivo, pero podría significar un % porcentaje menor, si es verdad lo que muchos economistas sostienen al señalar que los recursos para el año que viene están notablemente subvaluados. Si se reasignan partidas de gastos improductivos y prescindibles, y si se reorienta parte del gasto social que hoy se pierde en burocracia y no llega a sus destinatarios, es posible obtener los recursos necesarios. Además, el propio programa originaría un ahorro en prestaciones que van a ir teniendo menor demanda, como es el caso de los comedores escolares. Miles de chicos entrerrianos volverían a comer en su casa, con su familia, como corresponde. No es verdad que no haya dinero. Lo que hace falta es querer; ideas y recursos hay. Se trata de una cuestión de asignación de prioridades.”