El Estado por su actividad es un gran generador de residuos, y muchos de los materiales desechados por el Estado son reciclables o reutilizables, especialmente el papel y el material de computación. Según estudios realizados recientemente, se calcula que cada funcionario, cada empleado público, en promedio, genera un kilo de basura por día. La problemática sobre el destino de los residuos, es la más importante que deben afrontar las ciudades de este siglo en nuestro continente.
En relación al proyecto y la problemática especifica la legisladora provincial afirmo que: “estimamos que será de interés público sancionar una normativa que auto regule el comportamiento intramuros del Estado, cuestiones como ésta tal vez nos deberían reunir naturalmente, sin parcialidades ni fragmentaciones, ya que se trata de poner en debate y resolver en directivas de gestión, políticas públicas que involucran el todo, en lo social y en lo existencial”.
El proyecto de Bargagna establece el siguiente mecanismo de clasificación de la basura:
1- Residuos húmedos u orgánicos (yerba, sacos de te, restos de comida, restos de barrido, alimentos, etc.).
2.- Residuos secos o inorgánicos (papeles, cartón, plástico, telgopor, aluminio, vidrio, etc.).
3.- Residuos de material informático o de impresoras (tonners, cartuchos, implementos de computación, etc.).