El arroz es uno de los alimentos de mayor importancia a nivel internacional, pues aporta el 20% de la energía consumida por la población del mundo. En comparación, es más importante incluso que el trigo, que aporta el 19%, y que el maíz, que aporta el 5%.
CONSUMO Y PRODUCCIÓN. El consumo promedio anual en el mundo es de 63,27 kilogramos por habitante, pero hay que tener en cuenta que en algunos países asiáticos el promedio de consumo anual alcanza los 220 kilogramos por habitante. En América Latina el promedio anual es de 27,75 kg, con valores altos en países como Perú con 58,53 kilos, Brasil con 46,16 y algo menos Bolivia con 30,68 y Uruguay con 28,44 kilogramos por habitante. En la Argentina, a pesar de ser un importante productor, el consumo anual es de apenas 7,8 kilogramos por persona.
Los principales productores de arroz en el mundo se encuentran en el continente asiático: China, India, Indonesia, Bangladesh y Vietnam. La producción mundial de arroz en la campaña 2009-2010 fue de 440 millones de toneladas, de las cuales 137 millones corresponden a China, 87,5 a India, 38,8 a Indonesia, 30,5 a Bangladesh y 24,4 millones de toneladas a Vietnam
Según la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, para la campaña 2009-2010, la producción de arroz en la Argentina dedica 229.510 hectáreas al cultivo y está concentrada en la región del litoral, principalmente en la provincia de Entre Ríos, con 98 mil hectáreas, y Corrientes con 79.590, lo que significa el 43 y el 35% respectivamente del total de superficie.
SIEMBRA Y COSECHA. El arroz puede cultivarse de cuatro maneras diferentes. Los cultivos inundados son aquellos que se realizan con la planta inmersa dentro del agua. Para ello, necesitan tener alguna corriente de agua disponible o encontrarse en lugares con lluvia abundante. El terreno se divide en parcelas que quedan inundadas y allí mismo se realiza la plantación, generalmente a mano. El nivel de agua que necesita es de un mínimo de 25 centímetros, y requiere utilizar diferentes variedades según el nivel de agua.
Los cultivos de arroz en aguas muy profundas se dan en zonas donde el agua puede alcanzar hasta los cinco metros. A diferencia del modelo anterior, no existe parcelación del terreno ya que las continuas inundaciones lo impiden. La siembra se realiza con semillas esparcidas y las plantas presentan tallos muy alargados cuyas espigas suelen flotar por encima del agua.
Los cultivos de regadío se realizan mediante inundaciones o irrigación artificial de parcelas. La siembra se puede realizar a mano, utilizando plantones o, lo más habitual, mediante semillas pregerminadas que se esparcen a voleo o, como en los Estados Unidos y Australia, desde avionetas.
Los cultivos de secano se llevan a cabo en zonas no inundadas. Normalmente se realiza en valles fluviales cuando las aguas, después de las inundaciones, se retiran. Es el tipo de cultivo menos productivo que ofrecen zonas montañosas del Sudeste Asiático, Brasil, la India, África y Sudamérica. En esta última es donde representa la forma de cultivo más habitual. De una manera u otra, el arroz es el más productivo de todos los cerales. La recolección de arroz puede ser tradicional o mecanizada. La tradicional es la que se hace manualmente. Primero hay que comprobar la madurez del grano mordiéndolo y, si no se puede romper, es porque ya está maduro. Una vez hecho esto, se corta la planta dentro de la parcela todavía inundada y luego se deja secar para su posterior tratamiento. La mecanizada se realiza con cosechadoras, para lo cual previamente es necesario dejar de inundar los campos.
VARIEDADES. Existen muchas variedades de arroz, pero podemos distinguir algunas según el tamaño o según el proceso de tratamiento. Por tamaño están las especies de grano largo, que son más alargadas que anchas, con una longitud superior a los 6 milímetros, las de grano medio no superan los 5 milímetros, son tipos de arroces muy pegajosos, con mucho almidón y que se deshacen muy fácilmente, y las de grano corto como la variedad española llamada “Bomba” que es especial para paellas.
Según el proceso de tratamiento, están las variedades integrales y blancas. Las integrales son las que no han sido sometidas al proceso de blanqueo, es decir, que no se les ha quitado la cubierta externa del grano, y por lo tanto presenta un color más oscuro debido a los minerales que posee. Es un arroz que requiere una cocción más larga, aunque posee una calidad alimentaria superior, pues la mayoría de los nutrientes esenciales se encuentran en esta capa del grano que se elimina al someterlo a blanqueo. Para procesar el arroz integral, una vez recogido, se debe limpiar para eliminar residuos que podrían estar adheridos a la planta y luego quitar la cáscara que envuelve al grano, lo cual se lleva a cabo mediante máquinas provistas de rodillos. Este proceso se denomina descascarillado.
Las variedades blancas o de cocción rápida se obtienen a través del ya mencionado proceso de “blanqueo”. Una vez descascarillado, se deben eliminar todas las capas que envuelven el grano de arroz, lo que se hace con máquinas. El resultado es lo que conocemos como arroz blanco, que está desprovisto de salvado y de germen. Este tipo de arroz, desafortunadamente, resulta más apetecible aunque no posee la calidad nutricional del integral.
ARROZ CORRENTINO. La diferencia entre producir alimentos y realizar agronegocios se puede visualizar en el emprendimiento que pretenden llevar adelante en la la localidad de Mercedes, en la provincia de Corrientes, el vicepresidente del Grupo Clarín José Antonio Aranda, en sociedad con la empresa Adecoagro del húngaro George Soros.
En la página de Internet de la empresa puede leerse, a modo de declaración de principios, que “Adecoagro es una de las principales empresas productoras de alimentos y energía renovable de Sudamérica. Con presencia en Argentina, Brasil y Uruguay, las actividades a las que se dedica incluyen la producción de cereales, oleaginosas, lácteos, azúcar, etanol, café, algodón y carne bovina. Desde que se creó en el año 2002, el crecimiento de la empresa se basó en la implementación de un modelo de producción sustentable, trabajando en tierras propias y manejando el riesgo mediante diversificación.”
No parece ser compatible esta declaración con las verdaderas intenciones de estas multinacionales agropecuarias, cuando para lograrlo construirán una represa que inundará 8000 hectáreas de la localidad correntina de Mercedes para regular el agua del Arroyo Ayuí Grande y regar las 20 mil hectáreas de arroz. Harán desaparecer bosques y especies nativas a lo largo de 137 kilómetros y será la primera vez en la Argentina que un curso de agua, de dominio público, esté al servicio de empresarios privados. En principio, parece tratarse de un negocio de 120 mil toneladas de arroz. Con un precio que llega, en algunos mercados, a los 440 dólares por tonelada, se trata de un negocio de alrededor de 52 millones de dólares.
La diferencia es que cuando estas empresas hablan de “producción sustentable” no se refieren al ser humano y la convivencia con el medio ambiente, sino a la rentabilidad de sus negocios, sólo a eso.
Aunque ofrezcan 100 mil pesos para el hospital local, es un negocio de 120 mil toneladas de arroz y sólo eso.