Pruebas testimoniales habrían acercado el nombre de Rodrigo Leiva, de 27 años, un joven sin ocupación fija que estaba parando ocasionalmente en una vivienda ubicada a unos 500 metros de la chacra de los Trossero. Indicios que marcaron los perros rastreadores, secuestros de prendas de vestir y otros elementos que se reservan para la acusación fueron barajados por el fiscal de la causa, antes de ordenar su detención en horas de la noche del jueves.
Si bien fueron investigados varios sujetos que cuentan con perfil que fácilmente los podría encasillar como sospechosos, la rigurosidad de la investigación condujo a caminar con pasos aplomados y fue así que llegó información a oídos de los pesquisas que los sacó de Villa Seguí y los trasladó a Viale, a una casa de calle Formosa.
Allí encontraron a Martín Olmos, de 35 años, otro sujeto sin ocupación fija, quien se mostró en extremo tranquilo al momento en que irrumpió la comisión policial que lo trasladó a la Alcaidía de los tribunales paranaenses.
El detenido Leiva fue notificado ayer de mañana sobre su situación y posteriormente, tras dictársele prisión preventiva se lo derivó a la Unidad Penal 1 de Paraná para su alojamiento. Se supo que su padre, también estaría preso aunque no trascendieron detalles.
En tanto Olmos aguardaba la decisión judicial sobre su destino en el marco de esta causa.
Si bien en las primeras horas de investigación había un silencio total por parte de los vecinos mas cercanos a la chacra de los Trossero, algunas personas empezaron a brindar datos sobre personajes que habrían sido vistos haciendo lo que se denomina en la jerga policial “la inteligencia de la zona”, o sea, pasar un día antes, observando los movimientos y lugares de acceso al lugar a asaltar.
Incluso, si bien se mencionó en todo momento a dos delincuentes como los que tomaron parte activa en el hecho, no se descarta que hayan contado con apoyo de otra persona como campana.
Además, existirían otras líneas investigativas que aún no se han descartado, por ejemplo el caso de un joven que habría regalado a otro muchacho un pantalón usado, el que finalmente llegó a manos de la policía cuando la madre del beneficiado con el obsequio encontró que la prenda tenía algunas manchas que parecían ser de sangre.
Es que aquí empieza otra etapa, la de los trabajos científicos, por ejemplo, el análisis de muchas prendas secuestradas a los sospechosos, que deberán ser analizadas por especialistas de la Dirección de Criminalística y por el gabinete de Genética de los Tribunales. Por otra parte, los ingenieros y especialistas en informática de la Policía y la Justicia deberán abocarse a ingresar a las memorias de los teléfonos celulares secuestrados, de los que se espera obtener material de prueba que sea apto para el trabajo del fiscal.
Por el momento, sobre Leiva y Olmos existe una sospecha fundada, pero que se espera reafirmar con pruebas que exigen que el trabajo investigativo continúe.
Julio Trossero murió el lunes en el Hospital San Martín, luego de permanecer internado desde la madrugada del domingo, tras haber sido brutalmente golpeado en la cabeza por malvivientes que lo asaltaron junto a su madre, tras ingresar a robar 10.000 pesos que guardaban en una humilde chacra tambera en la localidad de Villa Seguí.
Audiencias en tribunales por el caso Trossero
Los dos jóvenes detenidos en el contexto de la investigación para determinar las responsabilidades por el crimen del joven tambero de Seguí, Julio Trossero, esperarán en prisión el avance de la causa.
En sendas audiencia celebradas ayer, se dispuso su alojamiento preventivo por 45 días en la cárcel de Paraná. La investigación por el crimen del joven tambero Julio Trossero, de 28 años, que falleció el lunes 14 tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza el sábado 12 alrededor de las 21, en un asalto perpetrado por al menos dos personas que ingresaron a su casa, ubicada en la ruta Nº 32, en inmediaciones del acceso a Seguí, de donde huyeron llevándose 10 mil pesos, exhibió las primeras diligencias en sede judicial.
Ayer se realizaron sendas audiencias de prisión preventiva en las que el juez de Garantías Nº 3, Humberto Franchi, decidió que Rodrigo Mariano Leiva, de 26 años, nativo de Villaguay con domicilio en Seguí, y Martín Olmos, de 28 años, oriundo de la localidad de Viale, pasen en prisión preventiva los próximos 45 días, mientras se sustancia la investigación, en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná. La primera audiencia se realizó a la mañana en relación a la situación de Leiva. Tras escuchar los argumentos del fiscal Gervasio Labriola y del defensor público, Fernando Callejo, Franchi, resolvió dictar el encarcelamiento preventivo de Leiva en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná. Las partes acordaron la medida, consistente en 45 días de privación de la libertad ambulatoria. El fiscal pidió que la medida se cumpla en la Unidad Penal Nº 5 de la localidad de Victoria; en tanto que la defensa, que manifestó sus reservas respecto a la potencialidad de los denominados riesgos procesales de peligro de fuga y entorpecimiento de la investigación, solicitó que Leiva sea alojado en la Unidad Penal Nº 1, pero por el plazo de 30 días.
La segunda audiencia, en la que se definió el futuro inmediato de Olmos, se realizó a las 19, minutos después de que el joven prestara declaración de imputado. Fuentes judiciales deslizaron que Olmos, brevemente, se desligó del hecho y manifestó espontáneamente “no sé de qué me están hablando”. Ya en la audiencia ante Franchi, la defensora pública, Emiliana Cozzi, solicitó que Olmo siga el proceso en libertad, habida cuenta de que entendió que no se configuraban los riegos procesales, necesarios para dictar el encarcelamiento preventivo de su representado. Subsidiariamente, si el juez consideraba necesario custodiar el normal desenvolvimiento de la investigación, solicitó que se le conceda la morigeración de la medida de coerción en su versión de arresto domiciliario. Franchi rechazó ambos pedidos y en consonancia con los argumentos de Labriola, dispuso que Olmos sea traslado al penal de Paraná por 45 días.