Presupuesto 2016: menos subsidios y más obras

Durante los 12 años de la era K, el Gobierno nunca aceptó dejar caer la vigencia de la Ley de Emergencia Pública, que le otorga poderes casi ilimitados al Ejecutivo en materias varias y fue pedida por Eduardo Duhalde en enero de 2002 para salir de la convertibilidad.

Con relación al impuesto al cheque, creado por Domingo Cavallo en medio de la crisis del Gobierno de Fernando de la Rúa, tampoco hubo cambios. Está claro que el kirchnerismo no dejará que se derogue; el problema es si ahora, ante el cambio de Gobierno, aflojará a las presiones de las provincias y aceptará que se coparticipe en su totalidad.

El Presupuesto 2016 reúne, además, una característica que sólo se dio en 1999 durante la era democrática: será votado por un Gobierno y ejecutado por otro. Ese año, la negociación entre el equipo de Economía saliente deRoque Fernández y el del entrante José Luis Machinea para modificar los números del Presupuesto fue feroz.

En las líneas generales se sabe que el proyecto de Presupuesto 2016 vendrá con una rebaja en la presión de los subsidios sobre las cuentas públicas, tal como se vino anticipando, y una declaración de buenos augurios en cuanto al compromiso plurianual que se toma para la obra pública.

Kicillof, junto con el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, repasará los problemas en los mercados internacionales como argumento para justificar un crecimiento de la economía que no estará por encima de dos puntos del producto.

Una vez que el proyecto ingrese será girado a la Comisión de Presupuesto y Hacienda para que comiencen las rondas de consultas que en los últimos años estuvieron limitadas a dos o tres funcionarios. Después vendrá un tiempo de parate en medio de las elecciones antes de decidir la negociación final para la votación.

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