En el transcurso del año 2020, se realizó una consulta, poniendo énfasis en la voz de los y las estudiantes. En mayo de 2021, se invitó a docentes y directivos de escuelas públicas y privadas, a colaborar con un nuevo estudio, de manera tal de registrar todas las voces que intervienen en el proceso de enseñanza. El informe que se presenta, tiene solamente propósitos analíticos de la situación general.
El método fue de consulta mixta, con respuestas de opción predeterminada y con posibilidad de ampliar en forma cualitativa. El universo se constituyó con docentes de Nivel Primario y Secundario y el instrumento utilizado fue el formulario de Google.
Del grupo consultado, el 75 % corresponde a docentes de aula y el 25 % a directivos, representando un 75 % a personal de Nivel Secundario y 25 % de Nivel Primario. En la opción de ampliar respuestas, los docentes declaran que transitan por varias escuelas, algunos manifiestan que trabajan en los tres niveles de escolaridad y varios en escuelas de adultos.
Ante la pregunta ¿cómo fue el inicio del ciclo lectivo 2021? el 35 % respondió que fue guiado y complejo y el 30 %, improvisado. Amplían expresando las dificultades de la organización al reinicio de la presencialidad, cuya estructura dependía enteramente de los directivos; sin los elementos de higiene y control, que la pandemia requiere, ni el distanciamiento social de los estudiantes, que, organizados en burbujas, no se respetaron en los recreos.
Hacen hincapié en que la normativa no ha sido clara y que las instancias de encuentros con la jerarquía no sirvieron para despejar las dudas ante la norma y tampoco para construir acuerdos comunes. La infraestructura edilicia no fue preparada. El trabajo generó ansiedad y el equipo directivo intentó guiar en la medida de las posibilidades. Enfatizan que, desde los ámbitos de la superioridad, se desconoce la realidad de las escuelas y su contexto. La información en este aspecto, la comunican los directivos a las autoridades, pero las respuestas no fueron adecuadas.
En relación a la comunicación entre docentes un 55% responde que fue compleja y un 45 %, eficaz. La mayor complejidad que se detecta es la saturación de los formatos virtuales, no pudiendo concretarse una buena comunicación. Otras respuestas refieren a que muchas de las interconsultas entre docentes fueron respecto a la continuidad pedagógica de los estudiantes que, por distintos motivos, en 2020 no participaron de las clases o lo hicieron a medias.
Sobre la comunicación con las familias, el 80% declara que ha sido dificultosa. En tanto un 20% responde, ágil. Expresan que fue muy complicada la comunicación con el entorno familiar. La dinámica de la pandemia implicó tomar decisiones sobre el momento y debían ser claros en la información brindada a las familias para concretar turnos, horarios, grupos de hermanos, etc. También, en este caso, la comunicación con las familias se satura por las vías virtuales, además de que muchos adultos no leen los mensajes, o no se detienen a interpretarlos. En la mayoría de los casos, la información circulaba por WhatsApp. Enuncian que la generalidad de los y las estudiantes carece de dispositivos e Internet. También exponen que algunas familias han ofrecido resistencia a los comunicados o que no prestan atención a los canales de comunicación indicados o pautados.
En cuanto a la comunicación con los estudiantes responden que ha sido dificultosa en un 60%. Los docentes consultados opinan que el reencuentro provocó improvisación en las propuestas pedagógicas. Las dos formas más comunes de relacionarse con ellos, fueron la presencialidad y el WhatsApp. Una dificultad que puntualizan es que los y las estudiantes, por un lado, carecen de los medios y, en otros casos, no les atrae la modalidad virtual. Por otra parte, señalan que esta modalidad dificulta el acompañamiento para aquellos que requieren de una atención más personalizada.
Según los datos recabados sobre la concurrencia a la presencialidad de los estudiantes un 75 % responde que ha sido discontinua, 15 % regular y 10% muy discontinua. Entre los fundamentos, se resaltan los siguientes: El Covid como enfermedad, el contacto estrecho y el miedo. Al inicio de las clases la asistencia fue regular, pero pasado un tiempo, con el aumento de casos, creció el número de chicos que no asistieron por estar aislados. Solo algunos mencionan una buena y regular asistencia.
Ante la pregunta: ¿Qué tiempo dedica a las tareas académicas, para respaldar mejor el aprendizaje de los alumnos? Un 60% manifiesta que es bastante y un 40% suficiente.
Agregan que brindan más tiempo que el habitual, al trabajo docente. La bimodalidad exige y excede la dedicación. Se trabaja más y no hay horarios establecidos. Las consultas son continuas, en función de las necesidades. Los horarios de trabajo se han extendido y hasta duplicado.
En relación a la pregunta: ¿Los docentes constituyen equipos de trabajo? Las respuestas recabadas muestran que a veces en un 65 %. Un 30% manifiesta que siempre trabajan en equipo y el 5% señala que nunca.
La modalidad de trabajo en equipo se realiza en base a encuentros e indican que se tienen en cuenta las observaciones, sugerencias y opiniones de todos.
Respecto a la consulta ¿Existe intercambio de ideas y materiales para el aprendizaje entre los profesores y, en general, en el equipo escolar?
60 % bastante, 35 % poco, 5% excesivo.
El 60% de respuestas favorables insinúa que la mayoría de las cuestiones que se ponen en común son acordadas.
Respondiendo a ¿La enseñanza virtual sigue siendo parte de la práctica educativa en el ciclo actual, considerando la bimodalidad?
55% responde que sí, el 40 % a veces y, el resto, un 5%, revela que no
Algunos indican que sólo siguen con la modalidad virtual, aunque depende de la escuela, en algunas no hay posibilidades del aprendizaje a distancia. En otras, la bimodalidad, en forma virtual deja afuera a muchos estudiantes.
Otra afirmación que surge fuertemente, es que en las escuelas secundarias no existe tiempo real para poder atender presencialidad y no presencialidad en forma simultánea, además de la escasa respuesta por parte del estudiantado.
Sí bien hubo propuestas institucionales, algunos docentes se adecuaron al sistema mixto y otros se resisten a esa modalidad de trabajo, esto amplían quienes ejercen cargos directivos
En relación a la situación emocional respecto a ¿Qué le genera la modalidad bimodal de trabajo? El 45 % de la población consultada expresa que genera estrés, 10 % tristeza y otro 10 % inseguridad
Algunas de las repuestas ampliadas enfatizan “En esta modalidad a los alumnos se les complica muchísimo la virtualidad”, “son pocos los estudiantes que pueden conectarse”, situación que vinculan con la disminución de matrícula.
En cuanto a si ¿La bimodalidad le ha demandado más tiempo de trabajo?
Las respuestas se reparten entre que trabajan excesivamente un 45% y bastante un 50%.
En tanto a ¿Cómo observan a los estudiantes?
Los docentes expresan que los estudiantes se ven confundidos (35 %); en un 20 % responden que no logran adaptarse, un 10% los percibe desorganizados y el 15 % los observa adaptados.
Ante la pregunta: ¿Hubo deserción de alumnos durante el ciclo escolar pandémico?
El 40% indica que es alta, en un 25 % y 20 % que es baja y muy baja respectivamente, mientras que un 15 % señala que no hubo deserción. En la opción de ampliar respuesta, expresan que “no lo saben con precisión”, que “hay un tercio de la población escolar que se encuentra en situación de promoción acompañada y que no han logrado avanzar en la aprobación de los espacios curriculares correspondientes al año 2020”. También revelan que “muchos estudiantes decidieron reingresar al año precedente” (Repitencia)
En la misma línea y ante la consulta: ¿Realizaron acciones para incluir estudiantes en el ciclo lectivo 2021? (Que hayan abandonado o se retrasaron en sus procesos). El 60 % de los encuestados manifiestan que se han realizado numerosas acciones y un 40 % algunas
En cuanto a las acciones realizadas, responden:
40 % agrupamientos en horarios especiales
30 % más horas de presencialidad
El resto del porcentaje (30 %) se compone por varias acciones: Reiniciaron el año, algunas semanas de acompañamiento al mes solicitada por los docentes, diálogo con los estudiantes, talleres de alfabetización, encuentros específicos y promoción acompañada.
¿En comparación con 2020, el proceso que se inició en 2021, da cuenta de un mayor dominio de las TIC por parte de estudiantes y docentes? El 35 % responde que sí, un 60% en algunos casos y el 5% restante responde no.
¿Ha tenido inconvenientes en el armado de burbujas considerando la cantidad de estudiantes por curso? 55% no tuvo inconvenientes, 35 % responde sí, y el porcentaje restante, en algunos casos.
En el espacio de completar respuestas, algunos aclaran que desde un principio se dividió cada curso en 3 partes, por el elevado número de inscriptos y las escasas dimensiones de las aulas
¿Cuáles han sido, en lo que va de 2021, los mayores retos del trabajo alternado entre presencialidad y virtualidad?
Un 35% expresa como mayor reto el vínculo con los estudiantes, 20% se relaciona con la organización laboral, un 10 % con los horarios, 15 % con la planificación didáctica. El 20 % de las distintas opciones que completan la consulta, se distribuyen en incorporación de protocolos de salud, previsión y acuerdos con las familias,
En la ampliación de respuestas destacaron que el mayor obstáculo es la desorganización administrativa para la aplicación de protocolos, la cobertura de suplencias, y la reticencia de las autoridades departamentales en acordar normativas aplicables y flexibles ante la dinámica de la situación epidemiológica.
¿Qué aspectos, factores, recursos, etc., necesita la escuela para apoyar el aprendizaje a distancia, durante la suspensión de la presencialidad? Esta consulta no contaba con opciones por lo que se realiza una síntesis general de las respuestas recibidas
La escuela necesita de más recursos tecnológicos y posibilidades de sostener a los estudiantes que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, la falta de conectividad es recurrente. Para la virtualidad es necesario que todos tengan equipos para trabajar y, en la presencialidad, un edificio en condiciones. En cuanto a la educación a distancia reiteran que casi la mayoría de los estudiantes no cuentan con dispositivos y conexión, además requieren de acompañamiento psicológico. También agregan la necesidad de mayor formación docente para el manejo de entornos virtuales de aprendizaje y la necesidad de más cantidad de personal y tiempo. Los docentes, dicen que tampoco cuentan con dispositivos y demandan que las escuelas tengan una conexión que abarque a toda la población escolar. Solo en algún caso, expresan que tienen todo lo que requiere la virtualidad para el proceso de enseñanza.
Por otra parte, requieren la posibilidad de ofrecer cuadernillos para todos los y las estudiantes. Además, indican la necesidad de una mayor disposición para los encuentros virtuales institucionales.
Finalmente, la consulta indaga sobre: ¿Ha tenido alguna experiencia que, a vuestro juicio, se pueda catalogar como una buena práctica educativa?
55% responde que sí. Un 35% responde que tal vez y un 10 % no
En los comentarios que se agregan, manifiestan que el sistema de burbujas es conveniente porque se mejora la tarea de enseñar con grupos reducidos y que la bimodalidad es una buena opción, siempre y cuando esté bien coordinada y con los recursos pertinentes.
Observatorio de Educación
Tekoá. Cooperativa de Trabajo para la Educación.