Preocupación por casos de cáncer en el personal de la represa de Salto Grande

Ruíz Díaz sostuvo que en Uruguay, el país que comparte la propiedad de la represa, existe un dictamen de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo y de la Inspección de Trabajo, que data de 13 meses atrás, donde se manifiesta que 79 empleados deben dejar de trabajar en algunos de los edificios construidos en asbesto. “Nosotros lo llamamos la caja de los asbestos”, graficó. “Los más triste es que, a pesar del dictamen que dice que no metan más gente, la empresa sigue metiendo gente ahí adentro”, agregó.
En el sindicato aseguran que, desde 1998, fallecieron cerca de 20 empleados a causa del cáncer. Tres de ellos, uruguayos, en los últimos 12 meses. Y hay un porcentaje similar de empleados que padecen actualmente la misma patología. “Creo que hay un tratamiento discriminatorio hacia ellos y estamos solicitando un trato diferente. Por ahí se nos habla de retiro voluntario, cosa que desechamos”, expresó.
En la mesa ubicada al costado del gazebo y en algunas cartulinas colocadas en el interior del mismo se exhibían datos y gráficos que hacían expresa referencia a la cuestión que preocupa. “La gente se interesó, vino, y nos dijeron que era importante lo que estamos haciendo porque trajimos toda la documentación”, indicó el gremialista.
El único inconveniente lo representa el asbesto porque los campos electromagnéticos que genera la corriente eléctrica dejaron de ser una hipótesis de riesgo debido a que ya no hay empleados bajo las líneas de alta tensión. “Hace dos o tres años mediante asambleas y el empuje logramos sacar a la gente de los dos edificios. Ahora nos quedan los asbestos”, dijo Ruíz Díaz.
Ruíz Díaz confirmó que una consultora llamó a licitación para la edificación. “Nos dijeron que va a empezar la construcción más o menos dentro de seis u ocho meses”, in indicó. En consecuencia, estiman que la edificación estará lista en tres años. Pero la urgencia por salir trasciende ese plazo. “Nosotros no podemos estar más ahí adentro”, indicó el secretario gremial. Por ello, hace pocos años habían propuesto construir un edificio con arena y piedra y la mano de obra aportada los empleados. “Tenemos arquitectos en Concordia, en Salto, en la obra; tenemos maestros mayores de obra”, indicó.

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