En el comunicado enviado expresan textualmente: “preocupa especialmente a los Centros Comerciales agrupados en la UEPER la actitud asumida por algunos municipios de la provincia, como es el caso de Colón, que han recurrido a fuertes, desproporcionados e injustos incrementos en los mínimos de la tasa por inspección, profilaxis e higiene, de los que se valen para hacer caja a costa de la rentabilidad y la sobrevivencia de cientos de comercios pequeños y medianos.
Si es cierto que las crisis constituyen a la vez oportunidades, ¿no habrá llegado la hora de replantear aspectos de la organización institucional, política y económica de nuestro país? Situación que siempre queda postergada, en vez de sumar otra injusticia más, esquilmando a las Pymes, que siempre pagan. ¿ Porqué se recurre a un esquema destructor y fiscalista, enemigo del mercado regional e interno?.¿Cómo se saldrá de esta encrucijada?
El federalismo casi inexistente; la concentración de nuestras economías; el empobrecimiento de nuestras provincias para alimentar al poder central; el sistema impositivo regresivo e injusto que, en vez de hacer que pague más quien más gana, exprime al pequeño empresario que se atreve a abrir un negocio y al asalariado que sobrevive con su trabajo; la falta de crédito para las pymes; los intereses prohibitivos. Estos son algunos de los asuntos que la dirigencia política y social debe atreverse a revisar de una vez por todas. Porque cargando la romana siempre sobre los que trabajan en nuestros pueblos se va por el camino equivocado.
Es necesario rever la telaraña de impuestos, tributos, tasas y contribuciones de toda clase que, a modo de verdadero alud, caen en catarata desde Nación, las provincias y las comunas, muchos de ellos percibidos a través de las facturas de servicios esenciales como la electricidad y los combustibles, y sin que su percepción se apoye en fundamentos razonables, ni económicos ni jurídicos.
¿Por qué no golpear las puertas de la Casa Rosada para pedir, por ejemplo, que el impuesto al cheque se elimine, o se deduzca del IVA o que el IVA se elimine o reduzca, en vez de meterles la mano en el bolsillo a los comerciantes y trabajadores de nuestros pueblos del interior aumentándoles injustamente las tasas? ¿Por qué tanto valor para arremeter contra los vecinos y tanta docilidad ante los poderosos de la Capital o ante las grandes firmas del hipermercadismo?
Por otra parte, si la tasa de inspección, profilaxis e higiene es, como dicen las normas, lo que se paga por la contraprestación de un servicio, ¿Está calculada para afrontar exclusivamente el costo real del servicio efectivamente prestado por las comunas por esos conceptos? ¿O en realidad los municipios se sirven de la tasa que cobran al comerciante para sostener otros gastos? Esta situación transformaría a la tasa en un impuesto, el cual las comunas no están autorizadas a cobrar.
Si la crisis es oportunidad, aprovechemos para ir a fondo contra el contrabando legal o ilegal desde las metrópolis, contra la venta no declarada, o las ventas o servicios por Internet que no tributan tasas ni ingresos brutos. Porque con impuestazos contra los de siempre y que inevitablemente son parcialmente trasladados a los precios recayendo también sobre los asalariados, estaremos incubando nuevas y más profundas crisis y consolidando un modelo injusto y antidemocrático.
La UEPER ve necesario que se abran espacios de diálogo y concertación para sincerar el debate, procurando que se remuevan problemas que se arrastran desde hace mucho, y afrontando las reformas institucionales y económicas pendientes, de modo tal que haya un reparto equitativo de las cargas como también de los beneficios”.