Claudio Escribano, el mismo que le presentó a Néstor Kirchner un ultimátum de cinco puntos, que caracterizó el discurso de aquel presidente que pronunció al bajarse Carlos Menem del balotaje, como “Treinta y seis horas de un carnaval decadente” donde puede leerse: “La primera medida de gobierno del doctor Kirchner deberá ser la cesantía de quien ha escrito ese discurso, y, si fue él mismo quien acometió su redacción, convendrá que ya mismo derive en otro la delicada tarea de escribir si es que aspira a ser un verdadero jefe de Estado.” Es el mismo Escribano que escribió el 3 de marzo: “Si el Presidente cobrara por hora, como lo hacen los buenos abogados o la generalidad del servicio doméstico, habría motivo para que su primera hora de labor ante la Asamblea Legislativa fuera la más cara hasta aquí en sus años de servicios públicos. Sería más llamativo todavía que pudiera superar el año próximo las calidades de la presentación de anteayer…. En un Macri vs. Macri, éste ha sido el mejor de todos los que hemos conocido…. Desde las primeras líneas del discurso se vio al Presidente seguro de sí mismo; …….. Quedará de todos modos en pie la impresión de que Macri se manifestó en el Congreso como un político enérgico, inspirador y convincente, con reflejos para sortear un yerro en la oratoria y sorprender con un tinte de emoción, que ya es bastante en él, ingeniero. Fue un discurso con coraje: cantó las cuarenta, cara a cara, por el estado en que el desgobierno kirchnerista ha dejado al país ante diputados opositores a quienes al mismo tiempo reclamaba apoyo para medidas que impulsa la actual administración: arreglo de las deudas pendientes con los holdouts, nombramiento de jueces para la Corte Suprema, y demás.
El Presidente demostró elasticidad de criterio en sus imputaciones, duras por momentos, durísimas, contra la política oficial de los años recientes. Si debía hacerlo o no, había sido motivo de debate en un entorno en el que suele pesar, más que la verdad, la oportunidad de decir la verdad y sobre cómo decirla.Pero Macri se ocupó, sobre todo en la reiterada condena a la corrupción, de observar que la voluntad de unir a los argentinos y salir de la cultura del enfrentamiento no puede circular por el callejón de las venganzas, sino por la amplia avenida de la hermandad.”
Más allá del ditirambo y las contradicciones internas de la columna, ésta es superada ese mismo día por el empresario periodístico Luis Majul, columnista los días jueves en el diario fundado por el exterminador de dos tercios de la población paraguaya. El pequeño Majul, que enarbola su periodismo profesional y que no es incompatible con la generosidad de la pauta macrista, escribió el mismo día: “….Macri utilizó sólo una hora para describir la herencia recibida, esbozar un diagnóstico preciso y plantear hacia dónde quiere llevar a la Argentina. Porque fue esa comparación lo que transformó el discurso de apertura de las sesiones ordinarias de Macri en una notable pieza….. Macri parece más inteligente, más sensato, más simpático e incluso un comunicador más efectivo de lo que realmente es confrontado con la ex mandataria de alocuciones interminables y autorreferenciales….. También después del acto oficial se notó la diferencia. Pocos micros escolares. Muchos espontáneos. Casi nada de aparato oficial…….” Es notable como el entusiasmo del incisivo periodista nubla su visión. Hasta el mismo Macri se lamentó de la esmirriada concurrencia mientras Majul visualizaba “muchos espontáneos”. Pero donde el periodista se cae de la cornisa es cuando se ubica a la derecha de Escribano, algo que obliga a un esfuerzo desmesurado. Majul escribió: “Nunca, desde la reapertura del Parlamento que protagonizó Raúl Alfonsín, un jefe del Estado había recibido tantas agresiones verbales”. En el mismo diario, el mismo día el directivo de La Nación lo desmiente: “Lo que sabemos es que supo aprovechar la oportunidad de este 1° de marzo y salir airoso, incluso en los momentos de una gritería opositora que no marcó ningún hito en especial. Se han visto allí en el pasado cosas peores.” No es sorprendente, suele pasar con los empleados genuflexos, que se arrodillan ante el empleador, incluso cuando no se lo exigen. Su estilete crítico también puede percibirse en su columna del 25 de febrero con frases agudas como estas: “El presidente Macri tiene buenas intenciones…..Juan José Aranguren explica con docencia docente por qué el uso racional de la energía no renovable es indispensable para empezar a cambiar la cultura del despilfarro que nos acompañó durante la última década……Si uno lo escucha a Prat- Gay o incluso a Francisco Cabrera, se percibe el entusiasmo que sienten al explicar el país que sueñan. Incluso se los puede percibir como desarrollistas con cierta sensibilidad social”. Que Aranguren sea accionista de Shell donde fue CEO durante décadas y hoy es Ministro de Energía o que Francisco Cabrera, Ministro de la Producción fue fundador y CEO de la AFJP Máxima, Director Ejecutivo del diario La Nación, el holding financiero del grupo Roberts y posteriormente en el Banco HSBC, con serias denuncias de lavado. Toda trayectoria está muy lejana a la producción pero el despiadado crítico independiente se ha vuelto un sentimental y ha mellado sus armas en contiendas anteriores.
Otro caso especial es el de Jorge Lanata, radicado en Miami donde se ha comprado un departamento de dos millones y medio de dólares. Todo lo que ha ganado como espada mediática del grupo Clarín es poco en relación a los enormes y efectivos servicios que ha brindado a ese grupo y a Mauricio Macri. En una conferencia en Boston manifestó sus deseos de ver a Cristina Fernández presa, aspiración en que coincide con su mandante Héctor Magnetto. Desde ahí defiende la pulcritud de los procedimientos que llevaron a detener a Milagro Sala. Escribió en Clarín el 21 de febrero: “En esa niebla de la falta de hechos el Papa le envía una medalla a Milagro Sala, desconociendo que está detenida por un poder independiente…” El implacable investigador, el cartonero periodístico que revuelve y selecciona la basura para direccionarla adecuadamente a intereses empresariales, parece ignorar que a los pocos días de asumir el gobernador Morales, incrementó de 5 a 9 el número de miembros de la Corte Suprema de la Provincia; y que dos de los diputados que aprobaron dicha propuesta, Pablo Baca y Beatriz Altamirano, radicales, fueron designados inmediatamente integrantes de la corte ampliada. Ese poder “independiente” que falsamente menciona Jorge Lanata, fue visitado por dos enviados de Macri, según relata Horacio Verbitsky en Página 12 del 28 de febrero, “para proponerle que pidiera prisión domiciliaria antes de la reunión del presidente con el Papa. Sala no aceptó la extorsión.”
Una consideración más acerca de Jorge Lanata, el periodista que impactó en 1987 con una creación novedosa y original como Página 12, y que hoy ha decidido borronear su pasado escribiendo el 5 de marzo, en Clarín: “Hace unos días, frente a público universitario de Boston, tuve que aclarar -con cierta vergüenza- que en Argentina se obliga por ley al ingreso irrestricto en la Facultad. Menos mal que nadie preguntó por los resultados, y sólo sonrieron frente al dato pintoresco.”