Porque nos gusta escribir, porque nos gusta imaginar, porque queremos seguir es que estamos aquí:

Mi Historia

Autora: Camila Paz Milicowsky
5to. Grado E.G.B. 2

Hola, soy muy viejo porque hace mucho vivía en esta isla desierta…se preguntarán a ustedes mismos “-¿Y este viejo que viene a contarme?- Pero ¡basta!. Yo les voy a contar la historia de esta ejemplar isla, pero no es cualquier isla…si, si…. dirán que todas las islas son iguales pero ya se enterarán porque no es igual a las demás … Un día… ¡Esperen! No les he dicho mi nombre, mi nombre es Monchín y me dicen Mon. Pero hay veces que yo me hago el sordo y me dicen mono pero ya ven los jóvenes de ahora son desorbitados y nunca van a cambiar, en mi época yo era mas tranquilo…
El señor que escuchaba : -Bueno , por favor cuéntame la historia no tu vida.
Bueno, pero… te contaré la historia ¡Y te vas! Ya que pareces apurado.
-No es apuro es que me aburres.
– ¿Entonces la quieren oir o no?
– No, pero mis hijos sí y si no me cuenta a mi la historia no se la voy a poder contar a mis hijos y si no se las cuento a la historia no me dejarán dormir.
– Bueno, esta es la historia:
Un día como todos en el mil ochocientos y algo o por ahí estaba flotando con mi aeroplano pero quise saltar en mi paracaídas para ver ese relieve tan hermoso y cuando salté mi paracaídas no se abrió y caí en esta isla. Esta isla era re tenebrosa y horrible también muy aburrida, pasé todo el día re asustado.
Cuando llegó la noche vi sombras al fondo del bosque ¡y esas sombras se movían! Por eso decidí ir a investigar. Pasé por muchos árboles y arbustos hasta que llegué a donde había una gran fiesta que tenía: Casino, casas, alimentos, medicamentos y de todo, por esa causa entré, vi todo lo que tenía y me pareció fabuloso…¡Hasta había otras personas humanas! No me faltaba nada en absoluto. Así que me quedé para ver que pasaba, resultó que esa isla de día era algo muy aburrido y tenebroso, y de noche algo muy divertido y buenísimo. Ya hace muchos años que vivo aquí que ni siquiera me acuerdo mi edad.
Espero que hayes quedado satisfecho… vuelve cuando quieras y te contaré otra de mis historias.
Señor: – No gracias.

El señor se va y el anciano sigue en su isla… aunque tiene tantos años que olvidó como vestirse, así que empezó a vestirse de superman.
Ropa abajo, calzón arriba.

****

La maldición de la isla (primera parte)

Autora: Aixa Giuliana Bradanini Gaggino

Un grupo de gente iba de viaje a Cuba. No faltaba mucho para llegar, cuando de repente un desperfecto en el motor del avión lo hizo caer en una isla…
¡Qué desesperación! Entre llamas luchaban para salir de la trampa de fuego.
Muchos murieron, solo quedaron un cazador, un ebanista, dos azafatas y un médico anciano.
El Sol iluminaba todo, era una isla paradisíaca, su relieve es montañoso pero cubierto de vegetación, cascadas de agua cristalina caían de la grietas de las montañas, flores crecen por todos lados, árboles frondosos, plantas gigantescas.
Caminaron y caminaron, llegaron a un templo, en una cueva sobre un altar había una especie de reliquia, el anciano médico pudo leer en ella porque era un idioma indígena “El que llegue a esta isla sufrirá la maldición de la medianoche”.
Todos salieron corriendo.
Se pusieron a decansar en otra gruta reunidos alrededor de una hoguera.
Cansados se durmieron, de repente escucharon un relincho ¡el anciano se estaba convirtiendo en centauro! Una azafata en viuda negra y el cazador en hombre lobo.
Huyeron a la playa escapándose de árboles vivos y plantas carnívoras. De pronto aparecen los demás compañeros con los ojos desorbitados, arañados y rotosos.
Entre todos construyeron una balsa, cargaron lo necesario y se embarcaron a la inmensidad del océano…
Continuará….

Entradas relacionadas