Por un incendio 6 bomberos terminaron internados

Según consigna la crónica del diario La Calle, la señora Aurora Raquel Panizza, una docente de 45 años, salió a las 6:45 del departamento 44 ubicado en el 7º piso del edificio Antares, donde alquila. Cuando regresó, sólo encontró humo y muebles destruidos. Es que poco después de las 13:30, el cuartel de Bomberos de nuestra ciudad recibió un llamado alertando que en dicho lugar se estaba produciendo un incendio.
Hacia el lugar se dirigió una dotación reforzada a cargo del cabo 1º Julio César Enríquez, e integrada tanto por bomberos voluntarios como los zapadores. Además se activó el rol de llamada para que asistan más funcionarios a cubrir una tarea que se sabía complicada, ya que en esa instancia había que, por un lado evacuar el edificio (mucha gente se resistió a salir) y por otro realizar la extinción, para lo cual hubo que derribar la puerta, ya que no había nadie en el interior, donde las llamas se iban extendiendo.
Arturo Benedetto, Jefe del Cuartel de Bomberos manifestó a La Calle: “La extinción fue rápida, se utilizaron los sistemas hídricos del lugar y mangueras manuales, y a pesar de ser un 7º piso, donde hay que moverse por las escaleras, se logró controlar el siniestro. Dificultaba la tarea la evacuación de la gente, que había que hacerla sí o sí, a pesar de que muchos se negaron a hacerlo, y esto dificultaba la labor de bomberos”.

Bomberos asfixiados
La inhalación de monóxido de carbono produjo principios de asfixia y descompostura en los bomberos que trabajaron en el departamento. Seis de ellos quedaron internados en el Hospital Urquiza, donde deberán permanecer con cuidados especiales las próximas 24 horas, en las que se le realizarán análisis de sangre para saber el grado de toxicidad de monóxido.
Quienes se encuentran en el nosocomio son el cabo Gustavo Jiménez (37), el agente Juan José Monzón (22), los voluntarios Jonathan Molina (18) y Rodrigo Campos (18), a quienes se le sumaron el segundo Jefe del Cuartel, sargento Hugo Osuna (33) y el Cabo 1º Julio César Enríquez (40), este último es quien dirigió la dotación en el lugar y quien presentaba el cuadro más delicado.
De acuerdo a lo que manifestó Benedetto, “los niveles de humo fueron muy altos, por más que se manejaron con máscaras y con protección personal, hay situaciones en las que de todas formas se inhala humo y provoca la asfixia”.

Las causas

La mujer que alquilaba el departamento aseguró que en el interior no había quedado ningún artefacto encendido (circuló la versión de que una estufa que quedó prendida pudo iniciar el foco ígneo). Los especialistas de Bomberos estuvieron analizando por la tarde el lugar, y se cree que el fuego pudo comenzar en el comedor aunque hasta que no se analicen las pericias no se podrá tener certeza de ello.
De todas formas, la hipótesis más firme indicaba que pudo ser un cortocircuito el origen de las llamas. Y trascendió que el proceso de ignición fue lento, ya que se encontraban tiznados todos los sectores del domicilio y las marcas dejadas por la temperatura permitió a los expertos presumir que el foco ígneo se fue gestando de a poco hasta hacer las primeras llamas.
En el departamento hubo daños estructurales, desprendimiento de reboques, destrucción de todo mobiliario plástico o de material similar, y todo el lugar tiznado. De todas formas, las llamas fueron controladas antes de que tome otra dependencia, lo cual fue valorado por el Jefe de Bomberos, quien dijo que de propagarse, corría riesgo todo el edificio.

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