El menor víctima (en realidad ambos lo son), recibió un disparo a la altura de la ingle, otros dos debajo de la rodilla derecha y un cuarto a la altura del muslo izquierdo. El muchacho fue asistido en el Hospital Delicia Concepción Masvernat, donde se le diagnostico una recuperación estimada en 60 días.
EL caso es sin dudas sorprendente, pero no resulta tan increíble cuando se toman en cuenta los antecedentes de la zona, los lamentables homicidios acaecidos en los últimos años en el lugar, que tienen en tu totalidad a adolescentes y jóvenes, tanto como víctimas como imputados o condenados. Se trata de una cuestión profunda, sociológico, pero sobretodo, que evidencia una ausencia del estado en determinadas cuestiones esenciales. Sobre la problemática de las drogas, un foco de delito mucho más difícil de combatir que el desempleo, fue denunciado muchas veces por el cura párroco de la gruta de Lourdes, Andrés Servín, quien en cierta oportunidad, no hace más de un par de años, encabezó una caravana de vecinos para pedir seguridad y asistencia estatal en ese barrio. Está claro que es este flagelo el padre de todos los hechos de violencia, o al menos de la mayoría de ellos en el barrio. Pero además, se plantea un escenario de ruptura del contrato social, dada por el incumplimiento del Estado en obligaciones insoslayables, no de ahora sino históricamente, que derivan en estos hechos, que no son otra cosa que el resultado, es la forma en que se ponen de manifiesto, las ausencias del estado, en otras áreas como la educación, la contención, la generación de empleo genuino y la democratización de los sistemas de representación ciudadana. La justicia, en definitiva la integración de los barrios marginados con el clima social que se registra boulevares adentro.
Nota de opinión de Rodrigo Peña, sobre la problematica, del 3/6/2011:
http://www.diariojunio.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=44691