Por solo $ 4 se puede comer en el comedor estudiantil de la UNER que funciona en Paraná y abre mañana sus puertas

El servicio se brinda de lunes a viernes, en el horario de 12 a 14 para quienes almuerzan en el lugar; y de 14 a 14,30 para quienes prefieran retirar la vianda.
“Durante los primeros día esperamos a unas 50 personas, porque ahora están las mesas de exámenes, pero cuando empiece el cursado sabemos que la cifra se quintuplica”, explicó a UNO Juan Gabriel, alumno de Ciencias Económicas que trabaja en el comedor.
“Hay días en que se atienden a 300 personas”, agregó María Inés Haberkorn, quien presta servicios en el lugar como responsable de cocina.
Para asistir, se pide a los comensales que presenten la libreta universitaria o una constancia de alumno regular, y no es necesario hacer una reserva previa.
El costo para estudiantes de la UNER se mantiene, por ahora, en cuatro pesos. “Los alumnos de la Uader pagan siete pesos, y hay una parte que se las subvenciona la Universidad; los docentes abonan 12 pesos y los particulares 18 pesos”, aclaró Juan Gabriel, quien dijo además: “Contamos con un subsidio de la UNER, y gracias a eso se puede mantener un precio accesible para los estudiantes”.

Características del comedor
El comedor nació como consecuencia de un antiguo reclamo de algunos centros de estudiantes de facultades de la UNER, frente a una necesidad del alumnado.
Está ubicado en pleno centro de la capital provincial, muy cerca de los edificios donde funcionan las facultades de Ciencias de la Educación, Ciencias Económicas y Trabajo Social. Cuenta con dos salones amplios, la cocina, un despacho de bandejas, un vestidor, dos baños para el público y uno para el personal, una oficina y un depósito.
El lugar es atendido por estudiantes contratados. “Son 21, siete por cada facultad. Además hay una administradora, una coordinadora general y un jefe de cocina”, indicó por último María Inés.

“Tratamos de ofrecer un menú equilibrado y una gran variedad”
El menú se establece cada dos semanas y luego se repite. “Tratamos de que sea equilibrado, con gran cantidad de frutas, de proteínas, carne, carbohidratos”, señaló a UNO María Inés Haberkorn.
“También depende mucho de la estación, ya que aprovechamos los precios y lo que es más accesible, sin descuidar la calidad. Por ahí la Universidad compra pollo por cantidad y nos abastece a nosotros”, acotó Juan Gabriel.
Manuel, uno de los estudiantes que concurrió el año pasado, contó: “Comíamos arroz con atún, guiso, pollo al horno con papas, tallarines o ravioles, pescado, milanesas, polenta con salsa. Y de postre había frutas o ensalada de frutas, a veces flan. La comida es rica y abundante, y es una gran ayuda para los alumnos”.
Para beber, se sirve agua, aunque se puede optar por adquirir gaseosa a muy bajo costo: 0,75 el vaso o 3 pesos la botella de litro. “Los precios parecen irreales, pero gracias a la Universidad podemos mantenerlos. Por ahí la situación económica hace que debamos subirlos un poco, como el año pasado, que arrancó en 2,5 pesos el menú y terminó costando 4”, dijo Juan Gabriel.
“Tratamos de darle lo mejor al alumnado y que el precio sea accesible para todos”, recalcó.
Los insumos, la compra como utensilios y la indumentaria de cocina se financian con lo que se recauda en el Comedor. El Rectorado de la UNER se hace cargo de los sueldos del personal y el alquiler del inmueble.

Lugar de encuentros
La mayoría son los que asisten pertenecen a las carreras de Ciencias Económicas, Trabajo Social, Ciencias Políticas, Comunicación Social y Ciencias de la Educación.
En los encuentros se comparte el almuerzo, pero también mucha gente se conoce en este ámbito y entabla lazos de amistad.

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