Por Fosforito
Y bueno, a veces la verborragia tiene estas cosas. A veces el exceso de cansancio o confianza genera estos errores no forzados (Como un defensor con buen pie, pero mucho desatino para salir jugando del área en el minuto 5 de descuento…).
Lo del presidente fue una frase desafortunada que tal vez exprese el imaginario de una argentina blanca y europeizada, una argentina llena de argentinos que se creen superiores a sus vecinos del continente.
Además, la confusión entre la letra de una canción de Lito Nebbia y la ironía del poeta mexicano Octavio Paz, tanto o más ofensiva que la versión pava y apresurada de un presidente que habla mínimo diez horas todos los días, porque señala que los argentinos no tendríamos una identidad muy definida, ni históricamente valiosa…
Supongo, además, que don Octavio tuvo mucho más tiempo para meditar sus palabras que, posiblemente con seguridad, habrían sido en respuesta a la soberbia de algunos de nuestros compatriotas.
Algo tiene la “Madre Patria” que todavía afloja los esfínteres por estas tierras…
Cómo olvidar al ex presidente reflexionando sobre la angustia de nuestros próceres por separarse de la corona española, arrodillándose en palabras como un vasallo ante su “querido rey”.
O el presidente chileno, Sebastián Piñera, dándole -en tono juguetón- la bienvenida al “Reino de Chile” al príncipe de Asturias.
Por lo visto, congraciarse con la “Madre Patria” es una debilidad para los representantes legítimos de las ex colonias del reino…
Pero cómo olvidar que un poco antes en la historia reciente, en 2007, el rey Juan Carlos I le decía en tono autoritario “¡¿Por qué no te callas?!” Al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, mientras este se cruzaba con su par español de entonces, José Luis Rodríguez Zapatero, en la XVII Cumbre Iberoamericana.
La cosa se había puesto picante y varios mandatarios del continente americano le hacían saber de sus desencantos a la “Madre Patria”.
Chávez recriminaba, entre otras cosas, el accionar del ex presidente español, Pedro Aznar, que había jugado fuerte para voltearlo en el golpe de 2002 en Venezuela.
Decía Chávez: “El entonces presidente de España, un fascista a toda la carta, ahora es jefe del club de ex presidentes que agreden”.
Y contó una conversación con Aznar, donde el español le ofrecía sumarse “al club del primer mundo”. “Yo le hice una preguntita. ‘Mira, Aznar, ¿tú qué opinas de Haití, de Centroamérica y de África’? Me respondió: ‘Esos se jodieron’. Ahí mostró todo el rostro horrible del fascismo y del racismo”.
Zapatero y el rey ya estaban “con los cojones por el suelo, coño” por las críticas al accionar de las empresas multinacionales españolas en América e intentaron reprender la insolencia del bolivariano:
Zapatero: Se puede estar en las antípodas de una posición ideológica, no seré yo el que esté cerca de las ideas de Aznar, pero el ex presidente Aznar fue elegido por los españoles, y exijo, exijo…
Chávez: Dígale a él que respete la dignidad de nuestro pueblo.
Zapatero: Exijo…
Rey: ¡Tú!
Zapatero: Un momentín…
Chávez: Dígale lo mismo a él.
Zapatero: Exijo… exijo ese respeto, por una razón, además…
Chávez: Dígale usted lo mismo a él, presidente.
Zapatero: Por supuesto.
Chávez: Dígale lo mismo a él…
Zapatero: Por supuesto.
Chávez: Porque él anda irrespetando a Venezuela por todas partes, yo tengo derecho a defender…
Zapatero: Bien…
Rey: ¡¿Por qué no te callas?!
Había revuelo en las ex colonias de “su majestad”.
Y ellos estaban indignados por estos desagradecidos. Ellos que habían descubierto y poblado este terreno baldío que Colon “descubrió”, ellos que nunca pagaron la cuenta por los saqueos, los genocidios de pueblos originarios, las violaciones y abusos infantiles, los asesinatos, los sometimientos religiosos y la esclavitud…
La escena terminó con Chávez sin callarse y el rey retirándose bastante desalineado de la cumbre.
Aquella vez la dignidad y el orgullo latino quedaron mejor parados que la habitual sumisión pintada de cortesía.
