Nota textual:
La situación del servicio de Gas de la C.E.C, viene en crisis desde el año 2008, como puede verse en los informes financieros de los ejercicios 2008/09 con una pérdida de $ 101.505, y una pérdida de $ 175.878 para el ejercicio 2009/10, y las proyecciones para el 2011/12 eran de una mayor pérdida.
¿POR QUE SE LLEGÓ A ESTA SITUACIÓN?
La pérdida de rentabilidad que evidencia el servicio en los últimos dos años, tiene su génesis, en lareducción de las tarifas, que bajó el precio de la garrafa de $ 26 a $ 16, sin que se produzca una disminución de las cargas impositivas y de otra índole que pagamos. Paradójicamente, por el hecho de ser distribuidor oficial de YPF, y ser el único distribuidor con instalaciones aprobadas por la Secretaria de Energía de la Nación, tenemos costos muchos más altos que los distribuidores no reconocidos por la Secretaria Nacional, algunos de los cuales no pagan impositivas ni tasa alguna, reparten garrafas hasta en ciclomotores, y no tienen ningún control. Habría que preguntarle a aquellos concejales que salieron apresuradamente a criticar la medida tomada por nuestra institución, si ellos como gobierno local, alguna vez se preocuparon del ”festival de violaciones” a las normas dispuestas por los organismos de control nacional, que cometen vendedores sin control de peso, calidad, precios y medidas de seguridad que pululan en Concordia repartiendo garrafas.
También hay que tener en cuenta, que mientras el precio del producto bajó, hubo varios aumentos de los costos laborales y un fuerte incremento en insumos como transporte, combustibles y otros necesarios para la actividad, que se vieron potenciados, además, por los cambios en la composición de nuestra clientela; fuimos perdiendo paulatinamente las zonas céntricas y adyacentes por instalación de gas natural, y tuvimos un crecimiento de los compradores en los nuevos pero alejados barrios de Concordia, lo que exige mejores vehículos, más personal de reparto, y mayores costos en el traslado.
Por otra parte las condiciones del parque automotor del sector gas de nuestra Cooperativa, no es optima, y en algunos casos el estado de las unidades, desgastadas por el uso y por la actividad intensa a que son sometidos ante la falta de mas unidades, señalan cierta precariedad. Las normas vigentes, exigen vehículos de reparto que no tengan más de 10 años de antigüedad, condición que estamos obligado a cumplir (y cumplimos), los distribuidores reconocidos, los demás la ignoran. Esta situación, no solo nos pone en desventajas competitiva, sino que nos impide diseñar cualquier política de crecimiento en la distribución.
Se suma a lo anterior, cambios en las políticas de YPF como proveedor, que nos a asignados cupos en los volúmenes de gas que nos entrega, imposibilitando cualquier política de crecimiento de las ventas para aumentar la rentabilidad del sector. Por otra parte, YPF, a decidido, que sus distribuidores en este año 2011, para mantener su condición de tal, deben realizar importantes inversiones e incorporar la venta de otros productos e insumos de YPF, como lubricantes y aditivo; estas inversiones son recuperables solo en el largo plazo, todo lo cual, hace casi imposible, lograr la rentabilidad que necesitamos en el servicio para garantizar su continuidad en el tiempo.
EL DILEMA DEL CONCEJO DE ADMINISTRACION: ¿CERRAR O TRANSFERIR EL SERVICIO?
En esta situación, la preocupación expresada por el Concejo de Administración, era que el aumento del déficit del servicio de gas, lo obligara a fines de 2011, a dejar de prestar el servicio, con la pérdida de un beneficio para los usuarios y la desaparición de la fuente laboral de 12 personas. La aparición de una empresa del rubro, interesada en hacerse cargo del servicio en Concordia, posibilitó una salida viable para la Cooperativa, preservando la fuente laboral y garantizando la continuidad de la calidad del servicio.
Los reclamos de algunos sectores de por qué no se llamó a licitación del servicio, tiene su explicación en el hecho de que la Cooperativa Eléctrica de Concordia, no tiene facultad para ello, ya que YPF, es la propietaria del servicio y en su condición de tal, argumentó que, entre los distribuidores oficiales de gas envasado para esta región, la empresa de mejor perfil hacia adentro y hacia afuera de YPG Gas es la firma Flama S.A., lo que tornaba inviable toda otra alternativa.
La negociación con Flama S.A, estableció el compromiso de la empresa de resguardar la fuente laboral de los empleados del servicio incorporándolos a su planta permanente, cuestión que se concreto al firmarse el traspaso del personal, con la presencia y asesoramiento del Secretario General de los empleados de Comercio, Sr. Simonetti.
Otra cuestión importante a nuestro juicio, fue la recuperación de la hipoteca que como garantía, pesaba sobre nuestro edificio de Alberdi N° 82, inmovilizado en esa condición.
Hemos escuchado versiones de quienes protestan porque dicen que se alquiló a un precio irrisorio, nuestra planta de depósito de gas, única con aprobación de la Secretaría de Energía de la Nación en esta zona; a ellos les digo que se pidió cotización a tres inmobiliaria, y se tomó la cotización de alquiler más alta, que para este año 2011 es de $ 5.000.- mensuales, subiendo a $ 7.000.- y $ 9.000.-para los años 2012 y 2013.
Por otra parte, y para comodidad de los consumidores y facilitar la relación con el nuevo proveedor, el Concejo de Administración, decidió cederle a Flama el lugar físico para la atención y los mismos números telefónicos para solicitar el servicio de gas, tal como se venía haciendo habitualmente.
Finalmente, no tengo dudas que no resulta agradable para ninguna conducción verse obligada a dejar de prestar un servicio a su comunidad, y para la LISTA AMARILLA, que hace 19 años conduce esta cooperativa tratando de que cada vez sea más útil, más transparente, más solidaria, mas cooperativa, esta renuncia al servicio de gas, es un trago amargo. Lamentablemente muchas veces políticas que benefician al conjunto de la sociedad, como lo es la baja del precio del gas, tienen efectos no deseados como es en este caso, el perjuicio que sufren los distribuidores reconocidos, en regla y que cumplen a rajatablas, las disposiciones vigentes.
