«Este compañero recupera su identidad luego de estar en condición de desaparecido» explicó el funcionario en una conferencia de prensa en la que se anunciaron los avances por las desapariciones durante la última dictadura militar del mencionado Osuna y de Carlos José María Fernández.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó que los restos óseos exhumados en febrero de este año del cementerio de Paraná pertenecen a Juan Alberto “Beto” Osuna, asesinado en esta ciudad el 25 de septiembre de 1976 en un falso enfrentamiento, en un hecho que se recuerda como la «Masacre de la Tapera». En el hecho también fue asesinado Carlos José María Fernández, cuyos restos se siguen buscando en el Cementerio Municipal. El cuerpo de Osuna fue enterrado como NN en la fosa 74, pero su familia los retiró clandestinamente años después para trasladarlo a un cementerio privado. El estudio de ADN permitió confirmar con un 99,9 por ciento de exactitud que los restos son efectivamente «Beto» Osuna, según se informó hoy en la sede del R.U.V.
Sobre el tema, la abogada Marina Barbagelata (que junto a sus colegas Marcelo Baridón y Gamal Taleb se desempeñan como querellantes en la causa «Germano, Guillermo s/ su Denuncia»), confirmó que «también se determinó la causa de muerte, dado que el cuerpo -entre otras lesiones- presentaba impactos de bala», y agregó que «con esta información se puede acreditar que los hechos denunciados son verdaderos, así como también otras pruebas consistentes en testimonios, ya que ponen de manifiesto la mentira y el simulacro de lo que la dictadura divulgó como un enfrentamiento». Los abogados explicaron que al conocerse los datos del EEAF, se corrió vista al juez «para generar la correspondiente partida de defunción y hacer la entrega del cuerpo a la familia». Por su parte, Gamal Taleb, afirmó que esto «sirve para profundizar la búsqueda de Fernández, y existen elementos suficientes para llamar a indagatoria a todos los acusados, entre ellos el general Juan Carlos Ricardo Trimarco, que ya está siendo considerado por el juez de la causa».
Rubén Osuna, hermano de «Beto» que participó de la conferencia junto a su mamá, dijo que los familiares estaban «convencidos» de que se trataba de la persona buscada, pero les faltaba esta confirmación «para poder sepultarlo con todos los honores, ya que tuvimos que enterrarlo clandestinamente, como NN al lado de nuestro padre. Beto no existía para la sociedad, pero ahora eso cambió», resaltó.
Germano evaluó que este avance «cierra el circuito de lo que pasó en la Masacre de La Tapera, que hubo secuestro, desaparición, tortura y luego un fusilamiento». Destacó que se trata del «primer desaparecido entrerriano que es encontrado e identificado en Entre Ríos». «Nuestra obligación es saber qué ha pasado con cada uno de nuestros 30.000 compañeros desaparecidos y dónde están. Haber comprobado la identidad de Juan Alberto Osuna nos moviliza a seguir en la lucha por la verdad y la justicia» añadió el coordinador del Registro Único de la Verdad.
Por último, Halle destacó también el rol de los organismos de defensa de los Derechos Humanos y de la sociedad argumentando que «esta tarea de familiares, abogados querellantes, del Registro Único de la Verdad, de la coordinación, de la agrupación HIJOS, de AFADER, de los amigos de los desaparecidos, es la que ha permitido este logro, que tiene un sabor agridulce; porque da mucho dolor pero permite ir recuperando la verdad, acercándose a la justicia». Por último, recordó que esa lucha de los familiares es la que «el Estado ha retomado, para restañar, en alguna medida, el altísimo daño que le ha infligido al pueblo argentino».