En medio de los alumnos, caminaba María Inés Cabrol, con la foto de su hija colgada al cuello y acompañada de su esposo. La mujer realizó casi todo el recorrido mirando al piso y con la misma expresión de angustia y dolor que porta desde hace 36 meses ante la desesperación de no saber dónde y cómo está su hija.
Tras la marcha, en donde se proclamó por verdad y justicia, se realizó en la Iglesia una oración y se cantó el himno nacional argentino. “Más allá de nuestra convicción cristiana, esto nos debe movilizar como ciudadanos en una patria donde no siempre los derechos están respetados”, dijo el Padre Blas Corbalán.
Ante la poca presencia de los vecinos de San Benito, el cura señaló que “las manifestaciones masivas se han enfriado, pero el recuerdo de Fernanda sigue presente porque me lo han manifestado muchas veces, aunque espero que no se caiga en un silencio o en una duda que nos paralice. Más allá de eso queremos tener una conciencia activa a favor de la aparición de Fernanda”.
