El problema de Conciencia Animal es que una ONG no tiene los medios de recorrer todos los barrios para hacer un registro exacto de la cantidad de carros. No obstante, Froy indicó que hay zonas geográficas características donde se concentran los vehículos de tracción a sangre. No casualmente se encuentran en sectores donde hay mayores índices de pobreza y marginalidad. En la zona sur se encuentra la mayor cantidad de carros, también hay muchos en la zona noroeste (barrio El Silencio), pocos en la zona sureste (barrio María Goretti) y en el Nébel Norte (barrio El Arenal).
Al mismo tiempo, Froy explicó que no todos los “carreros” desarrollan la misma actividad. Hay quienes se dedican a hacer fletes, suelen estar parados en los corralones de materiales, hay otros que extraen arena de los arroyos para venderla y, por último, quienes recolectan basura. Por ende, no todos “tienen el mismo resultado económico”.
El titular de Conciencia Animal destacó que el programa Basta de Tas (Tracción a Sangre) está probado. “Obviamente cada ciudad podrá hacerle sus modificaciones de acuerdo a la idiosincrasia local" pero también dijo que se debía analizar la actividad que desempeña cada uno de los carreros para encontrarles una alternativa. Una posible solución es la sustitución de los vehículos de tracción a sangre por otros motorizados. El año pasado, Conciencia Animal entregó un motocarro y el municipio, el 26 de enero, entregó siete más.
Froy destacó que en ese momento, la municipalidad realizó un relevamiento para conocer que cantidad de carros ingresaban al radio céntrico. El resultado fue que aproximadamente 23 carros ingresaban al radio céntrico. De esos 23, hoy queda una decena que ingresa en el microcentro buscando alimentos en los restaurantes y las sobras de las pocas verdulerías, según informó una fuente municipal. El resto de los carros suele circular por fuera de los boulevares. La intención, según explicó un funcionario municipal, es reunirse con las comisiones vecinales para censarlos y vacunar a los caballos, tal como se hizo hace algunos años. No es fácil reunirlos. “Lo que pasa es que la gente tiene miedo de que le quiten el caballo”, dijo la fuente consultada.
Para Froy, apuntar a eliminar solamente a los que ingresan al radio céntrico es una solución parcial. Lo que debería hacerse, desde su punto de vista, debería comenzar por realizar un relevamiento total de la cantidad de carros y de la tarea que cumplen.
Pero tampoco se puede pretender sustituir los 400 o 500 carros por un número similar de vehículos motorizados. En principio, porque no todos los “carreros” están en condiciones de manejar una moto. “Hay algunos que, por cuestión de edad, tienen más de 50 o 60 años, que jamás han andado en un vehículo a motor y obviamente no van a querer cambiar si actividad por recibir una moto”, señaló. De la misma forma, Froy dijo que se generaría un “caos” en el tránsito de la ciudad si se entregan 500 motocarros.
Por ello, manifestó que se debería gestionar algún tipo de jubilación o de actividad “un poco más sedentaria”, como una ayuda social, para que el beneficiario pueda seguir recibiendo un sustento para seguir ayudando a su familia sin tener que hacer fletes esporádicos o revolviendo la basura.
Por otra parte, no se puede dejar de lado la importancia de eliminar un sistema que produce que los caballos estén condenados a trabajos forzados por el resto de sus vidas. Al menos, Froy rescató que no todos los “carreros” son iguales. Hay quienes los tienen cuidado, lo alimentan bien y no lo maltratan. Y, por el contrario, hay quienes los atan al carro sin pensar en el estado sanitario ni en el físico del animal.
En el último caso, se produce una infracción a la ley nacional de protección a los animales. “Estas personas están incurriendo en un delito”, indicó. En tal sentido, aseguró que han podido rescatar de la vía pública, por acción de la Justicia que ordenó secuestros o decomisos en algunos casos, cuando queda demostrado que los animales “no pueden seguir trabajando”. La ONG es la tenedora judicial de los animales en esos casos. “Hemos rescatado más de 20 animales pero no tenemos el poder de policía como para hacer el secuestro. Nos hacemos cargo porque, de otra forma, la Justicia no sabría que hacer o adonde enviar a esos animales para que se recuperen”, indicó.
Una experiencia imitable
La diputada provincial, María Emma Bargagna (FAP), presentó un proyecto de ley que promueve la eliminación de la tracción a sangre en toda la provincia. Inspirada por los movimientos de personas que defienden a los animales, en particular a los caballos, pero además resaltó que se debe velar por el problema social que representan los “trabajadores informales de la basura”.
“Tuvimos contacto con la municipalidad de Río Cuarto. Ellos tienen un programa muy avanzado, muy bueno, que lo vienen llevando adelante desde hace varias gestiones como política de Estado”, señaló.
“Nos pusimos en contacto con ellos, vinieron a Paraná, pedimos una reunión con la intendenta (Blanca Osuna), la intendenta nos recibió, quedaron muy interesados en el tema y comenzaron a implementar un programa que si bien no es tan completo como el de Río Cuarto, es muy bueno debido a que ha podido transformar la vida de varias personas, de cómo 20 personas que trabajan con su motocarro”, indicó. “Ahora pueden ganar mucho más de lo que ganaban cuando tenía su carrito con su caballo”, manifestó. Es más, señaló que los mejores expositores fueron los recolectores informales de basura riocuartenses.
Bargagna indicó que los caballos han pasado a estar en lo que los animalistas denominan “santuario”. “El animal puede ser recuperado, cuidado, se le pueden dar condiciones de salud y afecto para que tenga una vida digna también como animal”, señaló.
La legisladora indicó que en la ciudad cordobesa lograron eliminar todos los carros. A los beneficiarios los inscriben en el régimen de monotributo para hacerles los aportes, les enseñan algunas nociones de mecánica para cuidar el vehículo y además les dan lecciones lectura y escritura. El motocarro es cedido por un año en concepto de préstamo. “Si en un año todo va bien ya se los entregan”, indicó.
En Paraná entregaron en una primera oportunidad entre 12 y 15 y hace poco se reiteró la donación de motocarros. “Debe haber más de 20 unidades”, dijo. “Uno las puede ver cuando anda por las calles, les asignan los lugares donde pueden recolectar los residuos, andan con casco, con uniforme, tienen carnet de conducir. Les cambia la vida y ellos mismos lo dicen”, señaló Bargagna.
Capítulo aparte es el cuidado del animal que se logra con la implementación del motocarro. “Por más que ellos los querían mucho a los animales y hacían lo posible por cuidarlos dentro de su pobreza pero ahora se sienten mucho mejor”, indicó.
Asimismo, la legisladora remarcó que se debe recalcar que la decisión de sustituir los carros debe ser una política de Estado dado que muchos propietarios de los carros de niegan a dejarlos porque tienen temor de que el próximo gobierno deje de lado esa política.
Por último, la diputada manifestó que no tenía noticias de que se haya implementado esa política en otras ciudades, excepto Concordia y Paraná. “Carros tirados por caballos hay en todos lados y algunos en situación realmente deplorables, deprimente y con un maltrato ostensible”, indicó.