“La jornada fue organizada por los profesores, junto con los alumnos, para que los chicos junten fondos para comprar material para seguir trabajando con pinturas, esculturas”. Cada alumno, de 3º, 4º y 5º año, debía presentar tres obras, cuyos costos eran variables. “Eran accesibles, había dibujos que podían valer $ 5 y había otros que podían valer $ 25, $ 30, $ 45”.
La escuela no está en condiciones de adquirir los materiales. En consecuencia, cada alumno debe procurarse los materiales para trabajar: óleos, arcillas, maderas. “Como hay chicos de muy escasos recursos, muchos profesores colaboran porque hay chicos que realmente no pueden comprar, sobre todos los óleos. Para eso se hizo esta muestra”.
La intención no sólo era comercializar y recolectar dinero, sino también mostrar a la comunidad “lo que ellos son capaces de hacer”. “Fue una jornada con mucho movimiento, sobre todo de estudiantes, que iban y miraban lo que habían hechos sus compañeros. Participaron familiares y la comunidad toda”, expresó.
Velásquez aseguró que “algunos estudiantes pudieron vender sus obras”. Pero prefirió poner el acento en el aspecto emotivo que tuvo la jornada para los alumnos. “Mostrar y hacer su primera venta es toda una experiencia que los llenaba de emoción y les daban ganas de seguir en este primer intento”.
La jornada duró un solo día porque el salón de usos múltiples es utilizado por alumnos del profesorado que concurren a la noche. “Hoy hay una colación y tenemos que hacerla en el salón. De todas maneras, los chicos van a exponer sus obras durante el acto como parte de la decoración”, aunque el salón no estará abierto libremente al público.
El balance de la jornada fue positivo. “Los chicos quedaron contentos, y los profesores también. Pensamos que el año que viene vamos a volver a insistir”, aseguró.
