PATEAR PARA ADELANTE
Es claro que a Urribarri no le interesa discutir con nadie sus ideas sobre cómo presentar al partido oficial, en las PASO. Por lo pronto sacó del debate (al menos de la esfera pública) la vapuleada ley Castrillón que tiene muy mala prensa dentro del partido oficial.
Quien es el candidato al que apoyará Urribarri ?, a su ministro de Gobierno, Adan Bahl ; a Gustavo Bordet, intendente de Concordia ; a Lauritto (que el martes protagonizó un desplante); a Marcelo Bisogni?. Hará funcionar el dedismo o permitirá como lo dijo alguna vez que disputen en las PASO ?.
A su vez, las listas de senadores y diputados las armará cada candidato a gobernador o solo se competirá por el puesto mayor y el resto lo define Urribarri?
Nadie lo sabe y esa falta de certezas juega en contra de todos aquellos que aspiran a algo y no quieren quedar regalados y expuestos a un dedo que, lo saben, es una lotería. Prefieren decidir antes, donde y con quien jugar. Mientras tanto, van socavando el poder de Urribarri.
Toda esta situación se da en el marco de una disputa nacional en la que, con escaso apoyo, juega Urribarri quien acaba de declarar “Va a haber PASO, es decir, sana competencia; y el que gane, será el que represente al conjunto”, eso mismo que propugna allá, ¿lo sostendrá aquí ?.
Hasta aquí lo único que está claro es que el gobernador quiere que su hijo Mauro calce en algún puesto electivo. Esto explica que el joven actúe como un ministro sin cartera que reparte plata, distribuye cargos, ubica a tal o cual allá o aquí y enfurece a quienes lo ven como un simple portador de apellido, sin más chapa que esa.
Más salpullido genera el entorno de jóvenes con escasa formación política convencidos que, ser joven es un valor en sí mismo y balbucean que “tiraran viejos por la ventana, si el líder llega”.
Todo esto es pura forma, el problema mayor es el contenido y Urribarri no parece tener tan clara esa situación.
El reciente guiño a los industriales, a quienes los eximió de pagar Ingresos Brutos, es sospechado de medida de campaña para lograr que los medios nacionales lo distingan del resto oficialista, más cerca de Daniel Scioli en la práctica de gobierno, dicen y agregan que no está lejos de sus planes ser el vice del bonaerense.
Favorecer a quienes claramente aborrecen este proyecto nacional, sea por la razón que sea, no parece ser una medida inteligente, pensada fronteras adentro, lo enfrenta al progresismo provincial que le aportó a Urribarri una carrada de votos que le permitió mostrar casi un 60 % de apoyo, cuando prometía que, si lograba un nuevo mandato, nada le debería a Jorge Busti y daba pista a pensar que se venía una réplica nacional.
Resultó un espejismo.
LAS TRES PATAS OPOSITORAS EN LA PROVINCIA
Hasta ahora y tal están mostradas las cartas, el oficialismo pareciera no tener problemas. En este punto, surgiría razonable el planteo oportunista de despreciar al progresismo que durante todos estos años apoyó a Urribarri.
En otras palabras, si la oposición provincial no logra (como muestra la foto de hoy) unirse, el oficialismo tendría garantizado el triunfo. El radicalismo, el PRO y el massismo, se distribuirían los votos opositores, alrededor de un 60 % y, efectivamente, Urribarri y su troup, no necesitarían del progresismo y la mística militante.
Ahora bien, si se concretara lo que por ahora se cocina a fuego lento y en silencio, desesperación, es lo que sobrevendría en el oficialismo y ahí sí haría falta la mística.
DIARIOJUNIO pudo saber que en silencio el sector radical que se negaba tajantemente al frente con Alfredo De Angeli (PRO), esto es, el grupo que capitanea Atilio Benedetti, ya ha iniciado un por ahora, cuidadoso diálogo con la gente del senador y productor sojero.
La idea con la que se trabaja es que De Angeli (PRO) acepte una interna abierta en las PASO, por el puesto mayor, la candidatura a gobernador. Si esa idea llegara a prosperar, se desata la vaca, se acaba el paseo. Haga números. De allí que sostenemos que el juego de Urribarri es peligroso y que despreciar al progresismo es un enorme riesgo.
Pensar las cosas con la foto de hoy, o sea, creer que la oposición seguirá mancada y torpe es dar un hándicap que acarreará reproches y facturas por la libre. Entre otros, pensar que la política es yo o nadie.
Pero además, falta contar lo que está ocurriendo bajo los túneles del massismo, o del peronismo clásico y de derecha. Urribarri sabe que Elisa Carrió no miente cuando dice “Entre los peronistas, si gana Scioli, se hacen todos Sciolistas y si el que gana es Massa, los peronistas se hacen massistas”.
En el massismo están haciendo operaciones por la libre. A Massa le falta territorio para tener alguna chance y en Entre Ríos hasta ahora no pasa nada. Adrian Fuertes ya hace tiempo que tiene el sello y no ha ganado a ningún intendente (ni siquiera de su pequeño departamento Villaguay) o legislador. Lo mismo pasa con el grupo que capitanea Jorge Busti, aunque en este caso, ayude a establecer contactos.
En virtud de esta situación, el massismo habló y tiró puntas con el ministro de educación Lauritto, él mismo lo reconoció ante hombres del gobierno. Laurito cuya relación con Urribarri no es buena y peor aún, es un hombre con escasos pruritos ideológicos, podría tranquilamente encabezar una propuesta del tigrense ¿Qué pasaría en este caso?
No terminan aquí las elucubraciones del bonaerense apañado por el establisment. La otra punta que exploran es la del ex progre Luís Leissa que descubrió tarde a Fukuyama y su convencimiento respecto a que la ideología no existe.
Leissa que la viene jugando de candidato deseado que se hace rogar, es otro de los rabanitos de la granja entrerriana, que podría terciar en la disputa.
Esto que contamos aquí, obviamente, sería uno de los peores escenarios del oficialismo. Nadie que se precie de conductor puede trabajar, organizar y pergeñar en base solo a perspectivas favorables y desechar las peores.
Si hay algo que ha sobresalido en el kirchnerismo de estos años, es la mística militante que ganó a partir de las políticas públicas, así como de la decisión presidencial (la máxima figura) de ir contra la corriente (neo-liberal) a pesar de la avalancha de odio que los factores de poder, se desviven-desvivieron por viralizar y convertirlo en discurso popular.
Viene bien repetir aquí un trabajo de investigación de una encuestadora nacional realizado luego del apabullante 54 % de votos obtenidos por Cristina. El trabajo señalaba que solo el 20 % de los votantes de la presidente CFK manifestaron pertenecer y estar afiliados al PJ.
No es el caso de Entre Ríos, seguramente, sin embargo, el 57 % que alcanzó con aquel discurso en el que prometía el definitivo alejamiento del bustismo, lo viene dilapidando innecesariamente y quienes padecerán los resultados, serán débiles candidatos y el pueblo que desconoce los trazos finos.