Este drama, sin embargo, no sólo afecta a los entrerrianos, sino también a las riberas e islas del Paraná en las provincias de Corrientes, Santa Fe y Buenos Aires, en las que se practican la ganadería y la forestación.
Los vecinos de Victoria dan cuenta de decenas de animales caídos por debilitamiento o ahogados y, aunque todavía se desconocen cifras oficiales, se estima que la mortandad será importante. En algunas zonas se podía ver ayer a cientos de ejemplares con el agua sobre sus pezuñas, y muchos lanzados al mar en que se ha convertido el Delta, con apenas la cabeza sobre el agua, intentando escapar de la trampa de las islas.
Al respecto, el médico veterinario Ricardo Espinosa, que está atendiendo en forma permanente lo relacionado a las certificaciones para la movilización de hacienda en la zona de islas, comentó que desde fines enero y hasta el miércoles pasado se habían evacuado a través del departamento Victoria 90 mil cabezas a las que se suman unas 20 mil que salieron por Rosario. En total serían, de acuerdo a estos números, más de 100 mil animales.
Según el profesional, el tema estaría resuelto si se hubiera respetado la capacidad de recepción de esta islas –entre 100 y 120 mil cabezas– pero como la cantidad ha sido duplicada todavía deben evacuarse durante la presente semana como mínimo entre 30 y 40 mil animales más. A criterio de Espinosa, en todas las islas de este departamento entrerriano quedarán entre 20 y 30 mil cabezas sin evacuar que deberán defenderse en las pocas barrancas que queden en la inundación.
La semana última se consiguió el apoyo de vehículos anfibios del Ejército que tienen asiento en Santo Tomé (Santa Fe), y, además, el gobernador entrerriano, Jorge Busti, adelantó que usarán el terraplén del enlace vial entre Rosario y Victoria, trazado sobre el Delta, para poner a salvo algunos rodeos cercanos. De hecho, esa elevación ya facilitó muchos embarques.