Las amas de casas que estarían en condiciones de acogerse a la legislación transitoria tienen que haber aportado regularmente al menos el 50 % de lo que se exigía al momento inicial de afiliación. Es decir, “si cuando se afiliaron por primera vez, la ley exigía diez años, como mínimo deberán tener aportados cinco”, aclaró el funcionario.
Por otra parte, se establecería un tope para pagar lo adeudado. La Caja emitiría los cupones faltantes en cada caso y la futura beneficiaria no podría pagar más de tres por mes. De ese modo, se trataría de impedir que alguien saldara en un solo momento toda la deuda o pagara más de tres cupones en un mes. De otro modo, se entiende que beneficiaría a quienes tienen mayores recursos.
“Una vez que las afiliadas completen las condiciones de los aportes quedarían en condiciones de jubilarse y se daría prioridad a las de mayor edad”, adelantó Elías.
El proyecto será elevado al Ejecutivo con el estudio del impacto económico. El presidente de la Caja evaluó que “es absolutamente mensurable para el esquema porque prácticamente estamos tratando de jubilar a todas las afiliadas que han cumplido las condiciones”.
Elías afirmó que “desde el punto de vista económico es absolutamente tolerable” y acotó que el régimen tiene un sostenimiento más claro desde el momento que los ingresos del Iafas están siendo incorporados al sistema regularmente. En este sentido, precisó que “el incremento del haber de $ 240 está perfectamente soportado con el aumento de la recaudación con el casino de Victoria. Por lo tanto, el sistema, que se define asistencial, es previsible y presupuestado inclusive, previendo la hipótesis de nuevas altas”.
Las estimaciones están calculadas en base a los resultados de un censo que instrumentó la Caja con la colaboración de las organizaciones de amas de casa. Siguiendo este sondeo, entre 1.500 y 2.000 entrerrianas estarían en condiciones de reincorporarse.
