POBREZA Y RELIGIÓN

El viernes pasado, 7.000 personas –según los organizadores- colmaron las instalaciones del club Libertad, para escuchar la prédica del pastor evangélico Claudio Freidzon, de la Fundación Cruzada de la Bendición Rey de Reyes, de Capital Federal.
Es para pensar si esta capacidad de convocatoria es producto de la búsqueda de una espiritualidad (aportada en este caso por la Iglesia Evangélica), para lograr otro tipo de bienestar, o se trata de un fenómeno vinculado a la pobreza, en el sentido más lato, gente que va a buscar ayuda económica. De hecho, los organizadores contaron que llegaron a los barrios más carenciados con 30 toneladas de alimentos y ropa. Además con una dotación de médicos y especialistas que, en los barrios humildes ofrecían sus servicios gratuitamente.
La religión en todas sus formas de predicarse, cuando la crisis sojuzga a la sociedad tienden a acrecentarse y a hacer más alta su significación social, y las organizaciones que las sostienen se van modificando, reacomodando tanto en sus proyectos como en sus modos de accionar sobre esa sociedad.
La impresionante multiplicación de organizaciones religiosas desde la crisis del 2001 a la fecha en Concordia, tiene en la pobreza su argumento privilegiado, con una capacidad de intervenir en múltiples campos como en el terreno de las expectativas y esperanzas, en la psicología de la gente, en la subcultura que produce la marginación y también con políticas punteriles y asistencialistas comparable a las prácticas políticas partidarias.
En este contexto, la gente por su parte, asume estas propuestas interpretándolas desde su cultura y modos de enfrentar los problemas, donde también se revela un cierto agotamiento de las forma religiosas tradicionales.

Las iglesias evangélicas en el espacio religioso de Concordia

En los últimos tiempos, las Iglesias Evangélicas, diferenciadas solo por sus liturgias (entre los que se encuentran Metodistas, Bautistas, Congregacional, Luteranos, Adventistas y Pentecostales, y que representan casi el 70% de los evangelistas), vienen creciendo en forma constante y sostenida, ocupando los vacíos pastorales que han dejado otros credos. En la actualidad poseen 70 templos, casi el doble de lo registrado por el Registro Municipal de Cultos en el año 2002, con presencia marcadas en las áreas periféricas, fundamentalmente en el oeste de la ciudad que constituye el aglomerado más importante, más pobre y con mayor gravitación política y social de Concordia.
En esta zona, conformada por 50 barrios y aproximadamente el 40% del total de los habitantes de Concordia, DEBATE Y OPINIÓN realizó un relevamiento intentando analizar y determinar como ha sido el crecimiento, la causa que lo desencadenó, los comportamientos estratégicos adoptados y las acciones de territorialidad aplicada ; además de procurar corroborar si existen otras funciones que se complementan a las de carácter espiritual.

Teología de la Prosperidad

A partir del período comprendido desde el 2002 a la actualidad, en la zona oeste de la ciudad, surgieron 12 templos nuevos que sumados a los ya existentes totalizan 31, agregando un fenómeno nuevo, gestado para ampliar su territorialidad y su “clientela espiritual”, como son las células familiares, conformadas para reuniones en casas de familia.
En una parte del barrio Constitución, en un radio de 30 manzanas (con aproximadamente 1.100 familias), de dos templos que había hace 4 años atrás, hoy suman 5, además de 7 células familiares.
El responsable de uno de estos templos pentecostal (prácticamente todos son de esta rama), Mario Gómez, reseña claramente el crecimiento del fenómeno evangélico en el barrio: “primero el crecimiento se debe a que oramos por los enfermos, por los poseídos por el demonio, porque ayudamos a conocer a Dios y porque los ayudamos con mercaderías y otras cosas. No hay que olvidar que hay una gran miseria en estos barrios y un gran descreimiento de la gente hacia todo. Nosotros vamos a buscar a las personas, con un trabajo militante, como el que se hace en la política. Por supuesto que siempre ayudando como nos enseña el Evangelio”. Acota rápidamente que “muchas veces la ayuda en mercaderías que le dan a la gente se la da algún político que anda por ahí”. El financiamiento de estos emprendimientos “espirituales” es a través del diezmo o la ofrenda. Gómez ilustra palmariamente este tema: “A todos los que vienen a la iglesia por más pobre que sea, se les enseña a que aporten el diezmo, si el congregante me miente a mi, le está robando a Dios. En nuestras iglesias se aplica la Teología de la Prosperidad, como la aplica el pastor Ferreira de la Catedral de los Milagros vió?, donde si le va bien al pastor después le va bien al creyente”. Muchas veces, al decir de un feligrés, los que no podemos hacerlo con dinero, “aportamos huevos, gallinas, verduras o lo que podamos”.
A la hora de consultar a varias personas que participan de estos eventos religiosos, vemos que la mayoría conjuga varias experiencias religiosas : participa en procesiones a San Cayetano ; van al comedor y a misa de la Iglesia Católica ; asiste al templo evangelista cuándo reparte pan ; a ceremonias umbandistas cuando hay sacrificio de animales y luego los comen y cualquier otra construcción espiritual y social que les permita encontrar alivio a su pobreza cotidiana, esto se ha hecho más visible en la medida que el Estado se fue ausentando.

El compromiso con énfasis en lo ético

El pastor Américo Jaras Reyes de la Iglesia Metodista, reconoce que la Iglesia Pentecostal es la que más ha crecido y fundamentalmente en la periferia, pero “también tiene una gran debilidad en cuanto a lo formativo en lo teológico de sus pastores, que es lo que sustenta toda práctica que se lleva adelante”. Para Jaras Reyes “la Iglesia Metodista está comprometida políticamente y con énfasis en lo ético, tratando de recuperar la impronta misionera”. La Iglesia Metodista (que en nuestra ciudad tiene 114 años) en los años de la dictadura militar tuvo una activa participación en defensa de los Derechos Humanos y la continuó desde el advenimiento de la democracia.
En tanto, el pastor José Antonio Centurión de la Iglesia Bautista, admite que el mayor crecimiento de la iglesia evangélica se da en la Pentecostal, “pero también de alguna manera en toda la Iglesia Evangélica, porque se está en un nuevo tiempo, se está volviendo a Dios”.
Centurión cavilo que “el fin de semana pasado, se vio que el alimento es parte de… Lo dice el Evangelio, Dios no es solamente espíritu, Dios sabe que el hombre necesita alimento, ropa etc. esto es una estrategia de ir al territorio, ir a la gente, ir a la necesidad, esto es responder a un mandato divino”.
Para Centurión la acción social de llevar alimentos a los barrios carenciados por parte de la Iglesia Evangélica, “hace ruido”; ahora si “vamos a un adicto, a una familia con problema, no hace ruido, son las formas de acción social que llevamos a cabo”.

Si cumplo con los ritos, soluciono mis problemas

El tema religioso en Concordia pasa por dos ejes diferentes: el respeto a la diversidad religiosa y el avance creciente de grupos pseudoreligiosos de diferentes tipos que manipulan la psicología de sus adherentes.
El Umbanda es un culto sincretista que se forma en base a religiones africanas, mezclada con catolicismo, espiritismo y ocultismo. El primer templo umbanda que se registra en Concordia data en el año 1970, con el Pai Tito y Hugo, pero su auge se da a finales de la década del ´80.
En el Registros de Culto municipal al año 2002, sólo se registraba un solo culto religioso argentino-africano filos de Oghúm. Hoy la realidad es otra, hay 38 templos con aproximadamente 750 hijos de religión, los adeptos que asisten a las sesiones van con algunas dolencias o mal espiritual y necesitan de los dioses para expulsarlos. El Pai Martín de Bará, nos explicaba que en esas reuniones “aparecerán los pretos velhos que son los espíritus que perdonan las fallas humanas y curan a los enfermos”. En algunos casos para enfrentar al mal, nos decía que “se recurre a Exu y se sacrifican animales como cabras, corderos o gallinas que después el doliente los consume”.
Todo un tema que alienta interrogantes. ¿ Es la pobreza la razón de este crecimiento apabullante de iglesias alternativas ? y si así fuera, porque la pobreza se canaliza de ese modo y no de otro, por ejemplo participando de organizaciones que luchan por bienestar como los “Sin Tierra” del Brasil ; ¿ es la necesidad de una mayor espiritualidad ? y si es esto, porque no buscan esa espiritualidad en el catolicismo o es que este, al igual que el Estado se ausentó ; ¿ es alienación social ? ; en fin, muchas preguntas que merecen reflexión, sobre todo porque es inevitable preguntarse en que lugar desemboca todo esto, cuál es el objetivo final, especialmente de las iglesias mas nuevas.

Entradas relacionadas