
Luego de repasar los nombres de quienes gobernaron la ciudad: Jorge Busti, Elvio Bordet, Juan Carlos Cresto, Hernán Orduna, Gustavo Bordet, Enrique Cresto y Alfredo Francolini, Sastre se preguntó: “¿Que me van a decir? ¿Qué hubo algún representante de Cambiemos? ¿Cuántos de esos nombres fueron gobernadores de la provincia?, sumados a Sergio Urribarri, hoy embajador en Israel”, apuntó.
“Concordia es una ciudad que tuvo muchísima pujanza con actividades económicas y productivas que la llevaron a ser una de las ciudades más importantes de la Mesopotamia, con ferrocarriles, puertos, aceiteras, curtiembres, barracas y fábricas de primer nivel”, dijo Sastre.
De inmediato se preguntó que no sabía que le pasa a la ciudad desde hace muchos años. Y les reclamo a los ediles ocuparse de las cosas “realmente importantes”. Y si bien en el cuerpo se discuten muchos temas, manifestó que no veía que con tanto énfasis se ocupen del tema de la pobreza.
Sastre, al parecer, le restó importancia a la pandemia al decir que todo el mundo la padece, pero solo en Argentina los vuelos no volvieron ni las clases además de actividades económicas que siguen sin volver a trabajar. Y pidió un esfuerzo a sus pares porque detrás de los discursos y las excusas “hay 83.000 concordienses que tienen muchísimas dificultades para satisfacer sus necesidades básicas”.
De inmediato, el concejal Juan Domingo Gallo (Frente de Todos) le respondió. “Es fácil nombrar a todos los intendentes y decir que la culpa es del otro. ¿Y qué tal si decimos que la culpa la tenemos todos? Y esto no es para desligarme y no hacerme cargo. Coincido en que este cuerpo y todos los ciudadanos tenemos que tomar en serio este tema de la pobreza. Pero no entrar en ese carroñerismo político y de la utilización de algo penoso para la ciudad como es tener a gran parte de su población en la pobreza”, indicó.
“Necesitamos un debate serio; necesitamos pensar que política de Estado podemos establecer para crecer como ciudad. Y este cuerpo si ha tenido debates respecto de eso. Y nos ha llevado a charlar con autoridades nacionales y provinciales. Y me refiero específicamente a una resolución que fue votada por unanimidad como apoyar la apertura de la navegabilidad. Y otras cosas como lograr una tarifa diferenciada de energía eléctrica, revisar si es necesario las cuestiones impositivas. En eso tenemos que centrar nuestros debates. Tenemos que ver como tendemos una mano a esa persona que está hundida en la violencia de la pobreza”, dijo Gallo.
Pero reclamó no caer en actitudes cínicas como decir que se necesita ese tipo de debates para, de inmediato, señalar que la culpa es de los que gobernaron antes. “No se equivoquen; la responsabilidad no es unos o de otros: es de todos”, indicó Gallo. “De que sirve que las personas miren como unos se echan las culpas a otros y no les damos una solución”, dijo.
Asimismo, dijo que era fácil echarles la culpa a los políticos de la pobreza pero pidió mirar un poco más allá y buscar responsables entre los usureros y quienes contratan personas en negro o en condiciones de precariedad laboral. “Es un planteo que nos debemos en serio. Como sociedad nos debemos”, dijo.
Por su parte, Magdalena Reta de Urquiza (Juntos por el Cambio) sostuvo que compartía las apreciaciones respecto de las culpas compartidas, pero dijo que se debía diferenciar el grado de responsabilidad de cada uno. “Hay sectores que tienen que hacerse cargo porque son más culpables que otros”, señaló.
Más adelante, Reta dijo que el concepto de pobreza abarca la imposibilidad de acceder a servicios básicos como agua y cloacas. Por ello, repasó las obras que realizó el gobierno nacional anterior. Y sostuvo que, a pesar de que por Concordia pasaron muchos intendentes, y la ciudad nutrió con gobernadores y funcionarios al gobierno nacional, la planta de agua potable tiene 100 años de antigüedad y nunca se hizo una planta de tratamiento de efluentes cloacales. Y remarcó que ambas obras, la ampliación de la planta potable y la de los efluentes, comenzaron con Cambiemos.
En tanto, la concejal Claudia Villalba (Frente de Todos) remarcó que entre los 31 conglomerados urbanos que mide el Indec, hay muchos que son capitales de provincia y el empleo público amortigua las necesidades laborales. Pero hay otras como Rosario, Mar del Plata, Bahía Blanca y Concordia que no pueden nutrirse del Estado provincial para generar empleo. “Acá en Concordia tenemos empleos temporales con sueldos bajos. Y para mí no son números. Los pobres tienen nombre y apellido y los conozco porque se recorro los barrios y se quiénes son. Para mí son Marta o Susana. Muchas veces decimos que no alcanzan las viviendas, pero no alcanzan porque muchas veces vienen de otros lugares buscando una oportunidad. Porque Concordia es un lugar de oportunidades. Siempre fue gobernada por peronistas porque son los únicos que interpretan las necesidades de la gente”, dijo.
De hecho, dijo que en los barrios hay personas que vienen de Misiones, Corrientes y Formosa además de otras ciudades de Entre Ríos. Y mencionó el diálogo con una formoseña que se afincó en Concordia y dijo que habían encontrado trabajo para su esposo, en un aserradero, y su hijo podía comer en un CDI y acceso a la salud dado que estaban cerca del CIC del Polideportivo Víctor Oppel. “Me decía algo que me estrujaba el alma: ‘para nosotros esto es vida porque vivíamos debajo de un nylon negro en un campo y mi hijo de siete años empezó a pelar palos porque tenía que trabaja para comer’”. dijo.