El tren llegó a las 14 hs. y partió rápidamente, a los 10 minutos. Entre los ocho vagones de pasajeros, se encontraba el obispo, quien bajó a echar un vistazo breve a la Estación Central. Comentó que acompañaba “un poco a la gente, los afectados de Yacyretá, sobretodo allí en Posadas, en un barrio que se llama el Loreto”. Se trata de gente que “es muy acosada y ha sido desplazada. Hay muchas quejas, hace mucho rato que están reclamando”.
Según indicó el prelado, “Yacyretá ya había inundado mucha tierra pero ahora, para darle más capacidad, más potencia, se elevó la cota con lo cual hay barrios que quedan afectados”.
Piña indicó que hace tiempo que la gente se vio afectada por este problema. “Los han desplazado a algunos barrios muy apartados con lo cual ha perdido su fuente de trabajo y se han generado un montón de problemas”. También consignó que hay muchas posibilidades que siga creciendo el nivel del río. “Ese es el plan y entonces están presionando mucho. Y el gobierno (misionero) es cómplice en todo eso”.
Al mismo tiempo, quiere reivindicar el “Gran Capitán”. “Es un tren que tiene, para nosotros tanto como para ustedes, un valor social”. El prelado lo describió como un “transporte popular”. Dijo que la gente “quiere mucho” al tren.
Además, aseguró que la Estación de Posadas está siendo amenazada. “La quieren echar abajo, están haciendo una costanera por allí. Trasladarían la estación a unos 30 kilómetros, lo cual es muy disfuncional para la gente”.
Asimismo, expresó que iba acompañado por algunas personas que reclaman la apertura del ramal que llega hasta la capital de Corrientes. “Ese quedó cerrado ya hace rato, es una pena. Hay que hacer inversiones pero creo que valdría la pena, es un tema social y me parece importante”, indicó.
El obispo no sabía la hora en que iba a arribar a Buenos Aires. “Creo que vamos a llegar un poquito tarde, sobre medianoche o a la madrugada. Y mañana, al mediodía o a la tarde tenemos previsto la presentación en el Congreso. Creo que quieren ir a la entidad binacional en Buenos Aires porque con lo de Posadas no hay nada que hacer”, sostuvo.
No tuvo tiempo de recorrer la estación porque sonó la primera campana que avisa de la partida del tren; Piña saludó y se subió al tren rápidamente.
“El Correntino”
Abelardo Rojas Maffei, periodista del diario “Época” de Corrientes e integrante de la Comisión “Defendamos nuestro tren”, acompañaba a Piña en el viaje. La Comisión brega por el regreso del “Correntino”, el antiguo servicio de pasajeros entre Monte Caseros y Corrientes capital. Cruza toda la provincia hasta llegar frente a Resistencia (Chaco). “El Correntino existía cuando el Urquiza funcionaba normalmente”, recordó.
Desde que se privatizó el ferrocarril, el tren dejó de existir. “A esta empresa, ALL, no le interesa tener ese servicio de trenes porque no tiene cargas que le importen. Lo que nosotros estamos haciendo es pero en este caso vamos a venir a movilizarlas de acá para que esto se mantenga”, sostuvo. Además, indicó que si levantan el Gran Capitán: “nunca vamos a tener la esperanza de recuperar el tren”.
El año pasado, la comisión realizó una marcha entre Monte Caseros y Corrientes a pie, por las vías, para movilizar a las comunidades. “Estuvimos marchando realmente 16 personas pero al llegar a cada comunidad, se nos sumaban antes de llegar y hasta pasando sus lugares”.
Rojas Maffei sostuvo que la empresa que explota el Gran Capitán (TEA, Trenes Espaciales Argentinos) está sumamente interesada en el servicio. “Además tenemos 34 pueblos que están algunos ya desfalleciendo”. El estado de las vías no es el mejor. “No está en muy buenas condiciones; hay dos puentes derrumbados pero es por negligencia de la empresa ALL que no mantiene las vías en contra del contrato y la responsabilidad que le dio la Nación”, agregó.
Durante la marcha, el cronista se propuso hacer historias de vida pero resultaron ser historias de muerte. “La gente se angustió, se quedó sin trabajo, familias enteras se separaron, pueblos murieron”, indicó. Posteriormente sonó el segundo campanazo y Rojas Maffei también se subió al tren que ya había comenzado a moverse lentamente en el andén, rumbo a Buenos Aires.
