En efecto, la Directora de Maternidad de Entre Ríos, Sonia Velásquez seguirá siendo considerada una buena cristiana para las autoridades de la Iglesia Católica entrerriana luego de estas declaraciones realizadas al periodista Rodrigo Domínguez de LT15. Del mismo modo que el fiel devoto gobernador, en rigor, el máximo responsable de ejecutar políticas públicas de salud reproductiva, reñidas con los dictados de un país democrático.
Velásquez aclaró que “cuando se comenzó la distribución a nivel país y en la provincia nosotros aclarábamos en su momento que la píldora del día después no era una píldora de uso corriente que se vendiera en los kioscos y que esto venía aparejado a un tratamiento con prescripción médica, bajo tratamiento irrestricto y de tratamiento como otro tipo de anticonceptivo que está en la oferta del servicio de salud sexual en cada uno de los hospitales”. Probablemente Velásquez se quedaría sin explicación si le preguntaran como es posible que en países avanzados en materia de salud como Inglaterra, Francia y EE.UU. permiten la venta libre y sin prescripción médica. Todos, incluso ella, saben que el único “efecto colateral” de esta píldora son los problemas que hay que enfrentar con la Iglesia Católica.
INFORMACIÓN NECESARIA
Es de destacar que la expresión “bajo tratamiento irrestricto” da la idea de peligrosidad, en rigor, una idea mentirosa si se la compara con lo que ocurre en EE UU que es de venta libre en siete estados desde el 2005 ; Francia desde el 2000 e Inglaterra desde 2002 o el Uruguay e incluso con lo que nos decían los farmacéuticos de Concordia consultados : “las vendemos sin recetas porque sabemos que no hay riesgos”.
En otro orden, y según una encuesta de la organización Jóvenes Ciudadanos, realizada a chicas de entre 16 y 18 años que cursan el colegio secundario, una de cada tres tomó alguna vez la pastilla. De este grupo, el 51,1% la usó una o dos veces en un mes.
Natalia, una de las adolescentes encuestadas, afirmó: “La tomé dos veces el año pasado. Me dijeron que eso es lo que hay que tomar cuando no te cuidás en una relación. La primera vez, no nos habíamos cuidado y en la segunda teníamos la duda y queríamos asegurarnos». Por su parte, Verónica (21) reconoció que tomó el comprimido dos veces en un mes. “Fue por errores involuntarios. No fue por inconsciencia», aclaró. La encuesta fue realizada a 312 adolescentes que concurren a escuelas secundarias públicas y privadas, en el período comprendido entre el 27 de noviembre y el 5 de diciembre de 2006. De este grupo, el 66,6% conoce a alguna amiga que probó la pastilla.
En ningún caso, el medicamento fue recetado por un profesional: en el 66,9% la ingesta fue recomendación de una amiga; en el 19,4% de un familiar; y en el 11,6%, de la pareja. «Lo hablamos con mi novio. A él le habían comentado de esta pastilla. Le dijeron que la pidiera, que no iba a tener ningún problema», afirmó Natalia.
En una sociedad alejada del oscurantismo, estos datos debieran alentar la información, sin embargo, Velásquez dijo “nosotros no podemos largar una campaña específica por la píldora del día después”. Preocupante, esa encuesta asegura “que el 58,3% aseguró no estar informada sobre la pastilla”.
Como colofón y para sorpresa de crédulos, Velásquez dijo “nosotros a la píldora la aconsejamos para casos de violación y casos de violación no hay todos los días” y agregó, “en el caso que ocurra una violación, la guardia ya sabe específicamente la disponibilidad que tiene para ese uso”. Ergo, si hay violación entonces sí, no hace falta receta ni prescripción médica. Lo dijo así, textual, sin rubor.