Con respecto a los tiempos que deben contemplarse para que el método cumpla con su cometido, Imaz no fue muy preciso, ya que esgrimió que “el hospital tiene una guardia de 24 hs., pero creo que esto no es una consulta de guardia”, se corrigió. Agregando que “en los consultorios están todos los profesionales de Obstetricia y Ginecología, preparados para recetarla. La personas va, la atiende el obstetra o el ginecólogo de guardia y le receta la medicación”, según explicó.
Al igual que algunas de las respuestas obtenidas por una enviada de este medio, el profesional de la salud remarcó que “para que le entreguen la pastilla (a una paciente) se necesita que la vea un médico, como cualquier medicación necesita una receta médica” y volviendo al punto de las pocas horas para suministrar el medicamento luego del coito, aseguró que “el servicio de ginecología siempre se reserva turnos para urgencia y eventualmente allí ingresarían este tipo de pacientes”.
Ante la consulta puntual de cuantas píldoras de este tipo ya se han entregado en el hospital, Imaz se excusó en que “mentiría si te dijera cuantas”, ya que en el hospital se atienden alrededor de 500 pacientes por día. “Pero ya se han entregado, es mas, el hospital tiene consultorios exclusivos para control de natalidad, sexualidad responsable y todos esos tipos de consultorios estas expresamente capacitados para resolver este tipo de problemas”.
Por último, trayendo a colación los rechazos públicos expresados por la cúpula de la Iglesia Católica a este método, el funcionario aseguró que “faltaría a la verdad si dijera que recibí algún tipo de presión. Yo jamás recibí ningún tipo de presión para que no se entregase este tipo de medicación”.