La exigencia es que posean, al menos, un lector que le permita al cliente, ante la ausencia del cartel en la góndola, caminar hasta el dispositivo para saber con antelación a llegar a la caja cuanto vale. “Y no llegar y encontrarse con alguna sorpresa y terminar pagando cualquier precio”, explicó Giampaolo, autor de la iniciativa.
Lo que se discute en el cuerpo es la cantidad de metros cuadrados cubiertos necesarios y los niveles de facturación que obligarían a la utilización del sistema. “No queremos imponer esta maquinaria, que tiene cierto costo, a pequeños comercios”, señaló. Asimismo, a mayor cantidad de metros cuadrados y facturación, se requerirían más dispositivos. “En Concordia hay comercios que los tienen pero en muy poca cantidad que hace impracticable trasladarse todo el local para ir a consultar un precio”, señaló.
Los concejales recordaron en una reunión realizada hace dos semanas a los representantes del Centro de Industria y Comercio de Concordia que está vigente la ordenanza que establece la obligatoriedad de exhibir los precios de los productos en góndola por unidad y por kilo o litro.