Piden a los comerciantes ser ‘un poco más solidarios’ con los puesteros

“Entendimos que incluso para el lugar, para los comerciantes, podía ser favorable para el lugar por la circulación, el hecho que haya movimiento, que la gente pase”, mencionó.  Pero por la lluvia que cayó el viernes a la mañana no se pudo supervisar la instalación de los puestos. En consecuencia, a la tarde los colocaron al borde de la vereda, impidiendo el tránsito normal de la gente por la zona. “Perjudicó a un par de comercios en forma directa”, admitió Wdowiak. Los mismos puesteros se dieron cuenta del error pero decidieron no mover los stands ya que preferían no contrariar al municipio teniendo en cuenta que habían obtenido el visto bueno para estar allí.

Wdowiak dijo que no fueron afectados los comerciantes de calle Entre Ríos dado que no comercializan los mismos productos. Y admitió que quienes pudieron verse afectados son otros comercios ubicados en calle Quintana y Buenos Aires que sí ofrecen la misma mercadería.  

El asesor legal indicó que la idea original era la que se trasladó a los hechos el segundo día. Los puestos se ubicaron en una sola línea en el medio de la calle. En consecuencia, la gente tenía lugar para circular por las veredas y parte de la calle.

No obstante, las quejas de los comerciantes se hicieron sentir. Wdowiak pidió a los comerciantes ser un “poco más solidarios” ya que “todos se vieron favorecidos” y, de paso, se ayudó a gente que salió de la vía pública. “Y en todo este período han respetado las reglas de juego, las decisiones del Ejecutivo”, dijo.  

Pero dijo que se enteró de que se presente un petitorio de los comerciantes quejándose de la situación. “Cuando llegue el momento nos sentaremos con ellos. Hay otras cosas que tengo para hablar con ellos. No todos están totalmente en regla. Incluso los que dicen estar ‘legalmente trabajando’. Es decir tienen también sus errores”, mencionó.

Además circunscribió la situación actual de crisis a la política neoliberal sin ningún tipo de sensibilidad que lleva a cabo el presidente de la Nación, Mauricio Macri, Por ello, remarcó a los comerciantes ser un “poco más solidarios”. Y sostuvo que ellos también se ven perjudicados por esta situación. “El comercio local se ha visto fuertemente afectado por las medidas a nivel nacional y por este cambio de relación con Uruguay. Antes eran los uruguayos que venían masivamente a comprar, a consumir en los restaurantes, y ahora es al revés. Es la gente de Concordia la que se está yendo a comprar”, dijo.

Wdowiak dijo que entendía a los vendedores que querían recuperar un poco de visibilidad. “Es lógico, no es lo mismo estar en la calle donde pasa todo el mundo de encontrarse en un predio al costado de ‘Las Pulgas’”, dijo.

Los vendedores estaban en la esquina de Quintana y Entre Ríos, en la vereda de la Cooperativa Eléctrica y cerca del Banco Entre Ríos. Wdowiak sostuvo que el intendente Enrique Cresto decidió ordenar la situación debido al riesgo que generaba para los puesteros y los consumidores. “Al estar en la vía pública era un potencial riesgo frente a un eventual accidente. Un automovilista puede doblar mal y se llevase delante un puesto con la gente que este ahí”, dijo.

La tarea no fue fácil. Había gente con 25 años trabajando en la calle y manifestaban que tenían el derecho adquirido para seguir permaneciendo allí. Comenzaron las conversaciones que no rendían fruto hasta que llevaron a cabo un operativo sorpresivo. “La sociedad se vio sorprendida porque fue un operativo fuerte”, dijo.

Los vendedores fueron apostados en la cochera ubicada lindera al Mercado de Pulgas. “Con la consigna firme de que a la calle no pueden volver”, dijo. Además indicó que de los 26 que ingresaron a la cochera, 10 dejaron de trabajar allí (dos lograron ingresar a Las Pulgas y otros ocho comenzaron a desarrollar otras actividades). Por ende, quedan 16.

Pero el Ejecutivo también recibió quejas desde Las Pulgas. El asesor dijo que no tienen mucho de qué quejarse. Y les recordó que la sociedad hizo un gran esfuerzo para que ellos puedan desarrollar su actividad en forma gratuita en un predio “al pie de la peatonal”.

En Las Pulgas, los vendedores pagan el mínimo de la tasa comercial que son $ 240 mensuales además de un canon (fondo de mantenimiento similar a las expensas de cualquier edificio) que ronda los $ 600. Y los vendedores que están al costado de Las Pulgas pagan $ 3.000 al mes. Un costo elevado en comparación con sus vecinos. Debido a las dificultades comerciales están atrasados algunos.

Haciendo un poco de historia, el asesor legal recordó que Las Pulgas nacieron como “una respuesta social” a quienes se instalaron a vender cuando se creó la peatonal. “Se los sacó y se los instaló en un predio en condiciones muy precarias que representaban un riesgo para la seguridad de todos. En cualquier momento podía ocurrir un incendio”, dijo.

Además resaltó la remodelación  del predio que hizo la gestión anterior. “Hizo una inversión edilicia adecuada como para que sea un paseo comercial en condiciones”, dijo. En consecuencia, dijo que el apoyo social “ya fue dado” y hoy se encuentran con comerciantes que desarrollan una actividad con, en algunos casos, grandes rendimientos económicos. “Nos ponemos contentos porque la idea es que anden bien para no tener que estar subsidiándolos. Ahora que han superado esos problemas iniciales y se han reinsertado como comerciantes se está evaluando cambiar la situación jurídica para que dejen de ser comodatarios y pasen a ser inquilinos”, mencionó.

En consecuencia, los vendedores comenzarían a pagar un alquiler. “Esto recién está en proceso de elaboración. Con algunos concejales estamos tratando el tema, viendo como se reglamenta pero la idea es un contrato de alquiler con un monto razonable. Razonable serían 10 juristas lo cual serían $ 2.800 más expensas. Creo que rondarían los $ 3.200 mensuales”, dijo. “La intención es que sea lo antes posible”, dijo, apuntando a los primeros meses de 2017.

 

 

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