“Cada Navidad o cada Año Nuevo tiene su impronta. En cada familia es lindo cuando uno puede reunirse en familia para celebrar. A veces para algunas navidades tienen algunas tristezas. A veces por enfermedades de familia o situaciones dolorosas vividas en el año”, indicó Petelín.
Petelín remarcó el sentido de entrega, de amor, de ayuda y cercanía con quienes están afectados al momento de estar alrededor de la mesa para comer y brindar. “Como persona cuando uno ha podido solidarizarse con quienes han sido afectados por la inundación o en sus trabajos han sido afectados también”, manifestó el cura párroco. “El amor es lo que lleva a acercarnos a los demás. Nos lleva a brindarnos, a solidarizarnos. Pienso que la ciudad del dolor ha podido crecer”, dijo además.
Por último, el padre destacó la cantidad de jóvenes que han trabajado en la emergencia, de familias, empresas y la tarea desarrollada desde la intendencia con la participación en el Consejo de Emergencia social de numerosas entidades y organismos de la ciudad. “Es maravilloso y eso nos hace crecer como sociedad”, destacó.
