Pasó como con el cambio de huso horario: duró lo que las buenas intenciones cuando se anotan en un papel y, al rato nomás, el mesurado análisis empieza a descartarlas, de a una. Así fue con la idea de atrasar el inicio de la jornada en la administración pública provincial. Lo concreto es que aún para los casos de las reparticiones oficiales con consumos menos urgentes e impostergables que un hospital o una escuela, se procurará concientizar a los trabajadores en torno a la conveniencia de que realicen un uso racional del recurso que escasea.
La primera impresión referida al pico en el consumo que se producía sobre el horario de entrada a la Administración Pública, sugería la conveniencia de “achatarlo”, de distribuirlo en distintos horarios. Pero la conclusión a la que se arribó es que el ahorro es de suma utilidad, cualquiera sea la hora en que se produzca. Y es eso lo que sale a buscar: el 5 % de reducción respecto de 2003.
En concreto, ha habido reuniones con los intendentes, con las autoridades de los sindicatos estatales, con los comerciantes. Ayer ocurrió lo propio con representantes de la Corporación para el Desarrollo de Paraná. La intención del Gobierno con estos encuentros es compartir la información e incentivar a que a su vez se retransmita.
Como se recordará, la Nación dispuso una restricción a partir de “premios” y “castigos” que se aplican en aquellas jurisdicciones sobre la que tiene injerencia y que coinciden con las concesiones de Edenor y Edesur, las más conocidas. Pero a las provincias, que tienen sus propias distribuidoras, el esquema no les satisfizo y acordaron diseñar un programa alternativo que asegure el logro del objetivo por medios no compulsivos.
En Entre Ríos, se ha decidido lanzar una campaña dirigida al sector residencial, el consumidor de energía eléctrica más importante. Con los comercios, la idea es que puedan organizarse por cuadra para que se alternen en el apagado de las marquesinas. A los intendentes se les propuso dosificar el encendido del alumbrado público, para que el ahorro no signifique mayor inseguridad. En tanto, con los industriales el tratamiento será individualizado, lo mismo que en las reparticiones públicas. Está claro que aquí entran a tallar otras cuestiones: la incipiente reactivación productiva que no quiere afectarse y, mucho menos, la afectación lisa y llana del poco empleo que está más o menos consolidado. Independientemente de estas consideraciones, el tratamiento “caso por caso” procurará discernir si toda la estructura del consumo eléctrico está sujeta a criterios de máxima racionalidad o si todavía es posible algún ahorro.
Para tener una idea de los volúmenes, hay usuarios industriales que tienen un consumo equivalente al que se produce en toda la ciudad de Rosario del Tala. Otro dato: el Centro Cívico de Paraná demanda la misma cantidad de energía que la localidad de Lucas González. En todos los casos, lo que las autoridades provinciales solicitan a sus interlocutores es que la dirigencia transmita a sus representados los temas conversados y la perspectiva.
Fuente: El Diario