Tratar de entender los mecanismos de poder que operan en la sociedad, no es tarea sencilla. Menos en una sociedad como la nuestra sometida a tantos maltratos que no se detiene a reparar en lo obvio, en aquello que por estar tan a la vista, se vuelve imperceptible y lleva a olvidar su importancia.
Sin embargo, hay cuestiones del poder que son perceptibles al ciudadano común. Son aquellas que están relacionadas con la inoperancia y el nepotismo de quienes lo detentan. Pero es muy difícil conocer los conectores que operan en el interior de todas las redes de procedimientos de lo que se sirve la corrupción en el ejercicio de ese poder.
La semana pasada los entrerrianos accedimos a revelaciones tan simples como categóricas que nos permitieron superar las interpretaciones clásicas del poder y la política moderna. Lo que Michel Foucault ( un filósofo que pensó sobre el poder) analizó durante más de cuarenta años, con una profundidad única, en lo referente a las relaciones de poder en la sociedad capitalista y su influencia en la conformación de la subjetividad de las personas, Oscar Horacio “Pacha” Mori, ex funcionario y armador de “vueltas al poder” bustista, lo sintetizó en un reportaje realizado por el periodista y escritor Martín Caparrós para su libro “El interior”, que conminó a más de uno a repensar los conceptos foucaultinos.
Oscar Mori no obró de manera inconsciente en esa nota, sino deliberadamente ( tal vez motivado por algún negocio pendiente con el poder) cuando reveló con una síntesis envidiable cómo se instrumentó la llegada al poder de Jorge Busti.
Mori, expone una variedad de técnicas específicas, revulsivas y repugnantes: “robé de acá, robé de allí, abrimos una cuenta en el Senado para…”. Técnicas que la mayoría de los entrerrianos la intuyen desde hace bastante tiempo.
Sin duda alguna, Mori conocedor de las retículas del poder -arquitecto de la campaña de Busti gobernador 1995-1999- fue el personaje sindicado para que asegure el correcto control de lo que se puede y debe ver y de lo que no se puede y no se debe ver en el ejercicio del poder. Fue en ese período, lo que le gusta llamarse “el gerente del aparato de mantenimiento del poder bustista”.
Ahora resulta que, según Mori, “estas cosas que hicimos acá que tienen que ver con el uso del poder, ya no me divierte más, ya no es un desafío para mí”. Así, con un cinismo extremo, decidió contar a la sociedad cómo son las tramas del poder que a él le tocó armar.
Queda palmariamente demostrado, con los dichos del ex secretario de Reforma de Estado y Control de Gestión del gobierno de Busti (95-99), que el poder no se ejerce, muchas veces, para el bien común, con honradez, rectitud, probidad y el compromiso social, sino para la mentira, la corrupción que sirva para llegar y sostenerse.
“Dime de qué alardeas y te diré de que careces”
Luego de conocidas las expresiones de Mori, de cómo “robó al Estado 2,5 millones de dólares para comprar el desaparecido diario Hora Cero de Paraná, de recuperar ( lo que puso para la campaña Busti gobernador) 1,5 millones de dólares con negocios del Estado y de enseñarnos como es eso de la plata de las acciones de la política. El gobernador Jorge Busti entendió que: “ el que tiene que explicar es el propio Mori, por qué es él el que habla, yo no tengo nada que decir, sino quienes se sientan tocados por las declaraciones de Mori”.
El gobernador Busti debería saber que los principales “tocados” por la corrupción graficada por su ex secretario son, precisamente, todos los entrerrianos, fundamentalmente los más necesitados. Son ellos quienes pagan el precio de la malversación y el robo de los dineros públicos. Correspondería que el gobernador nos resguardara de la corrupción porque es el dispositivo que ayuda a aumentar la brecha entre pobres y ricos.
Daría la impresión que, en el ejercicio del poder, hacerse el desentendido siempre da resultado. “Nada que decir” es la respuesta que suele darse porque se sabe que estas historias siempre quedan en la nada. Esto, más el paso del tiempo y la ayuda del escepticismo moral de la sociedad disuelven todo.
No obstante, la Justicia debe reactivar la causa que radicó la entonces Fiscalía de Investigaciones Administrativa, en el Juzgado de Instrucción Nº 6 de Paraná, por el desvío de 22 millones de pesos del Senado provincial a cargo del ex vicegobernador Héctor Alanis, que enriqueció a varios. Que la Justicia no actúe en esta oportunidad sería más escandaloso que los propios dichos de Mori.
