Hoy por la mañana circulaba por redes sociales una triste postal donde se puede ver el panteón de la familia Cresto con una boleta de Rogelio Frigerio pegada en su entrada. En dicho lugar, en el Cementerio Nuevo de Concordia, descansan los restos mortales de Don Enrique Tomás Cresto y Laura Martinez Pass de Cresto; es decir, el abuelo y la madre del intendente de Concordia en licencia, actual funcionario del ENOHSA y candidato a diputado nacional por Entre Ríos.
Cabe Recordar que el abuelo del actual candidato -que lleva el mismo nombre- fue gobernador de la provincia de Entre Ríos entre 1973 y 1976. Por su parte, Laura Martinez Pass, quién falleció en 2020, además de madre de Enrique Cresto, fue senadora nacional a principios de este siglo.
El domingo último, en las PASO, la primera etapa para elegir los congresales nacionales que representarán a sus respectivas provincias, la lista del Frente de Todos que encabeza Enrique Cresto perdió en Entre Ríos contra la del ex superministro de Macri, Rogelio Frigerio, en un acto eleccionario que fue valorado -tanto por unos y otros- por haberse dado en un clima de paz y tolerancia.
Sin embargo, el acto irrespetuoso y vergonzoso, difundido jocosamente en redes sociales, no hace más que confirmar el peligroso y lastimoso giro irracional y explosivo que algunos personajes del ámbito local quieren darle a la disputa política, emulando tal vez a personajes patéticos y llenos de odio como el ex humorista Alfredo Casero que, como un “pavo” quedado en los años ochentas, pinta con aerosol penes en las caras de los candidatos que aparecen en los afiches del partido que no le es de su agrado o como el bizarro e ideológicamente aterrador Javier Milei que les dice a sus seguidores que son genéticamente superiores al resto de las personas (cualquier parecido con el nazismo…).
Esta ofensa también parece confirmar que hay quienes se asocian alrededor del odio y se identifican por la negativa, por ser oposición por la oposición misma, y no por lo propositivo o las ideas superadoras. Basta con darse una vuelta por los perfiles en redes sociales de quienes aplauden este irrespeto.