En efecto, hoy en la última audiencia del juicio en su contra, previa a los alegatos de clausura, los Tribunales de Gualeguaychú fueron testigos del relato de la única acusada por el asesinato de su novio.
Se quebró, lloró y afirmó “Yo me seguía viendo con otros chicos. Nunca fue mi novio (en referencia a Pastorizo). Ninguno habló del tema. Nunca me presentó en su casa y yo tampoco”.
Reconoció de todos modos que “tuve mi primera relación con él (Fernando) a los 16”, pero agregó, “nunca me planteó algo serio, yo hacía mi vida, cada uno por su lado”.
Asimismo, en la mañana de hoy solicitaron el falso testimonio para Inés Correa, la vecina de los Galarza quien aseguró que vio a Fernando salir con el arma y que escuchó gritos y discusiones entre los jóvenes.
Solicitaron también investigar “por falsa pericia a la psicóloga Alicia Paday”, quien fue la profesional que sostuvo que la imputada tenía todos los rasgos de ser una víctima de violencia de género.
Por último, la declaración de un médico forense el 12 de junio complicó a la defensa de Galarza. El experto aseguró que Pastorizzo había recibido un primer disparo a 30 centímetros y que fue rematado desde una distancia no mayor a los 15 centímetros produciendo que muriera casi de inmediato por la asfixia provocada al ser perforado un pulmó