A diferencia de otras aplicaciones, los repartidores de PedidosYa estaban en relación de dependencia, pero la falta de notificación formal les impide saber la causa y si cobrarán alguna indemnización. Los despidos redujeron casi a la mitad el plantel de PedidosYa, que hasta hace unos meses oscilaba en 1.200 repartidores y que ya se había reducido en más de un centenar en lo que es un proceso de achique sostenido.
La sensación mayoritaria entre los trabajadores consultados por Tiempo es que se trata de una maniobra para sacarse de encima a los empleados registrados y manejarse con monotributistas o trabajadores en negro, como lo hacen Rapi y Glovo, competidores que ganaron terreno en el último año.
“Los chicos que trabajan para esas aplicaciones cobran 40 pesos por envío, por eso andan como locos por la calle aunque no tienen seguro. Van expuestos a sufrir accidentes y de involucrar en ellos a otras personas”, señalaron al mismo diario.
“El hecho de que estos chicos estuvieran en blanco era una esperanza para los que trabajamos en el delivery y la mensajería. Esto es una señal de que todo va para atrás, de que se va a acentuar la precarización. El Estado debería proteger el trabajo en todas sus formas pero es indiferente a estos hechos. Si se aplicara la ley, estos problemas se resolverían enseguida”, dijo Daniela, que trabaja para Rapi y se acercó con mensajeros de otras aplicaciones para acompañar el reclamo.