Pasteras: Tabaré Vázquez autorizó unilateramente a Botnia a utilizar más agua de río

La resolución del Gobierno uruguayo autorizando a la empresa finlandesa Botnia a utilizar dos metros cúbicos por segundo de agua del río Uruguay constituye una cuarta violación al Tratado firmado en 1975 y agrava la controversia, pese a que la Corte Internacional de Justicia de La Haya instó a no profundizar el conflicto.
La presidencia del Uruguay comunicó en septiembre esa autorización únicamente a la delegación uruguaya ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), obviando informar a la parte argentina; lo que se inscribirá en otra nota de protesta por parte del Palacio San Martín, sede de la cartera diplomática que conduce el canciller Jorge Taiana.
De acuerdo a fuentes diplomáticas, en los próximos días la Cancillería articulará junto con los delegados argentinos ante la CARU la elevación formal e institucional de su protesta y objeción a dicha autorización unilateral. “Es una barbaridad que el Gobierno uruguayo haya autorizado a utilizar un recurso como el agua del río, que es clara y objetivamente compartido”, objetó la fuente diplomática.
La autorización podría cambiar algunos parámetros de los estudios de impacto ambiental que analizó la consultora canadiense para el Banco Mundial, dado que ahora se duplicó la utilización del agua dulce.
Anteriormente, el ministro de Transporte y Obras Públicas del Uruguay, Víctor Rossi, —con acuerdo presidencial— había autorizado a Botnia para la utilización del albeo (el espejo de las aguas superficiales) sobre el río Uruguay, que es considerado como “necesario” para el desarrollo de las instalaciones portuarias que acompañan la planta industrial de Botnia en Fray Bentos.
Según reconoció el propio Rossi, el permiso “precisamente va orientado para la habilitación de instalaciones portuarias que están en la propia resolución limitadas a la salida e ingreso de productos vinculados a la producción de la planta de celulosa”.
Según la presentación realizada por Botnia, por ahí saldrán las barcazas que transportarán la celulosa, luego será depositado en la zona de Nueva Palmira, para ser sacadas definitivamente del país y desde ese mismo puerto recibir también los químicos necesarios para el funcionamiento de la megaplanta industrial.
En base a documentación reservada del Estado uruguayo, una vez puesta en funcionamiento la planta de procesamiento de pasta de celulosa, Botnia transportará toda su producción diaria desde el puerto de Fray Bentos hasta la terminal portuaria que se construye en Nueva Palmira en barcazas de industria uruguaya. Para ello, la empresa firmó un contrato con la empresa marítima Christophersen para conformar la empresa Transporte Fluviales Fray Bentos (TFF). Respecto al convenio, Álvaro San Pedro presidente de TFF, opinó que el acuerdo implica una inversión de nueve millones de dólares para la construcción de cuatro barcazas en las que Botnia transportará la totalidad de su producción diaria, desde su puerto en Fray Bentos hasta la terminal portuaria que se construye en Nueva Palmira. En la financiación para la construcción de las barcazas participarán Credit Uruguay, la Corporación Interamericana de Inversiones y el Banco República.
La autorización de aumentar el doble del agua —recurso compartido con Argentina—, implica el usufructo del “espejo de agua” del río Uruguay; lo que para Cancillería argentina constituye una nueva violación al Estatuto del Río Uruguay.
La necesidad de importar productos químicos hecha por tierra los argumentos de la administración de Tabaré Vázquez, dado que por más controles que desde el Estado se hagan, la contaminación es, indudablemente, inevitable.

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