Pasteras: ardua tarea le espera al rey Juan Carlos I

Un rato más tarde, el anfitrión, Tabaré Vázquez, le ganó en prudencia: “Uruguay y su gobierno apoyaron decididamente la actuación de Su Majestad. Pero por la experiencia vivida, hasta que no vea los resultados no voy a opinar”, dijo.
Los dos destacaron la importancia de que el rey intentara “facilitar” el diálogo roto y, con especial énfasis, dijeron que fue Néstor Kirchner el que pidió la gestión de “buenos oficios”.
El gobierno argentino coincidió en que al monarca español lo espera una difícil intervención. “Está claro que no es una cosa sencilla de solucionar. Somos pueblos hermanos y no pudimos alcanzar una salida. Ahora tenemos la disposición de una figura querida y respetada por los dos países por igual”, sostuvo el canciller Jorge Taiana, encargado de sentar la posición de su país.
El presidente argentino dejó anteayer la cumbre, sin contacto con la prensa. La noticia de la intermediación de Juan Carlos I fue anunciada por España cuando Kirchner ya estaba en Buenos Aires.
La grieta en la relación bilateral creció tanto que ninguno de los protagonistas pudo ocultar un dejo de pesimismo ante la conciliación. Todavía no se determinó cómo se desarrollarán las gestiones. Fuentes argentinas evaluaron como posible primer paso una inminente ronda de reuniones entre el rey y los cancilleres, uno por vez, en Madrid.
Al pedir la gestión, mostró un giro radical en su estrategia, ya que hasta ahora había rechazado cualquier participación de un tercero. Igual, seguirá en pie por el momento la demanda contra Uruguay ante la Corte Internacional de La Haya, según confirmaron fuentes oficiales.
«Nuestro gobierno siempre estuvo interesado en que este conflicto se encauzara y aquí hemos dado un paso más. Su Majestad va a actuar con todo el apoyo del gobierno de España. El rey tiene una especialísima vinculación con la comunidad iberoamericana», sostuvo ayer.

Garantías ambientales

Vázquez insistió en que su gobierno ofreció a Kirchner todas las garantías ambientales: repitió que está dispuesto a habilitar un monitoreo conjunto de la construcción y la producción de Botnia y a instalar un laboratorio binacional de seguimiento de las condiciones del río Uruguay.
«Tengo el absoluto conocimiento de que las fábricas no dañarán el río. Está probado por todos los estudios independientes realizados. Se va a usar la última tecnología», prometió. Se guardó un dardo para el final: «Es peligroso cuando se usa cloro puro para el blanqueo de la celulosa, como sí se hace en la Argentina».
La Argentina insiste en que se deben paralizar las obras de Botnia para hacer los estudios ambientales que cree necesarios; de lo contrario, se aceptaría el hecho consumado de la construcción de la fábrica sin previa aprobación del ente binacional de protección del río.

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