Pasan los días y la denuncia del Cementerio Parque sigue sin respuesta

El escrito publicado el 3 de diciembre pasado está dividido en tres puntos. El primero hace mención al desconocimiento de la denuncia en los organismos nacionales respecto del emprendimiento del Obispado de Concordia. “Sólo tenemos conocimiento de las declaraciones periodísticas”. El segundo punto hace mención a que: “en caso de existir alguna denuncia, desconocemos los términos de la misma, y –en su momento- responderemos ante los organismos que correspondan todos los requerimientos que se nos formulen”.
Por último, se recalca que Pinar “cuenta con la correspondiente habilitación municipal para funcionar y –en lo que respecta a la situación impositiva- se cumple con todo lo prescripto por la legislación estatal en sus diversos niveles”.
En consecuencia, no hubo alusión alguna a los hechos concretos denunciados por el presidente de la sociedad anónima a cargo del Cementerio Parque, Mario Sorokin, quien sostuvo que se produce el incumplimiento del artículo 22º del Código Argentino de Comercio: la prohibición al clero de ejercer actividad económica o comercial.
Pero además explicó que el número de CUIT de Pinar, otorgado en 2001 que no está exento de pagar Ganancias, IVA, no es utilizado en los papeles de comercialización. En cambio, utilizan el CUIT del Obispado, otorgado en la década del 60, que está libre de impuestos dado que el culto está exento para sus actividades específicas.
Sorokin, en esa conferencia, expresó que apelaron a la Ley de Defensa de la Competencia y enviaron un escrito al ministerio de Economía, donde funciona la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Posteriormente fueron a una audiencia de ratificación a acreditar la sociedad anónima y la identidad de los directivos. Y agregó que llegó una requisitoria de la AFIP al cementerio obispal, aunque ellos no hicieron ninguna presentación ante el organismo recaudador de impuestos.
Todos los interrogantes planteados siguen en el aire sin respuesta oficial dado el silencio que proviene del Obispado. El mutismo que envuelve el tema no es nuevo. Sorokin recordó en la conferencia que intentó dialogar acerca de las irregularidades con los responsables del emprendimiento. “Lo hemos intentado infinidad de veces y nunca lo hemos logrado”, dijo en esa conferencia. Y además recordó que envió una carta al Nuncio Apostólico para que intervenga y le respondió que el único que le podía dar una respuesta era el obispo Luis Collazuol. Pero nadie se contactó. “Ellos tienen como una barrera. Nos discriminan”, señaló.

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