Desde ayer por la mañana, hombres y mujeres se instalaron en el frente del templo principal de la ciudad con decenas de carteles indicando la necesidad de trabajar y enviando mensajes ácidos al intendente Julio Solanas.
La balacera ocurrida el jueves en el microcentro paranaense generó la resolución de intensificar los controles de venta callejera en la vía pública. El viernes a la tarde, la Comuna inició un operativo para retirar a los puesteros ubicados en la Plaza de Mayo y zonas aledañas.
La comuna resolvió postergar las acciones hasta ayer, debido a la resistencia de los vendedores. Los reclamantes recibieron una convocatoria a una reunión para hoy, a las 9, con el jefe de Gabinete, Jorge González.
Una decena de hombres, junto a unas pocas mujeres, permanecía ayer, a media tarde, en las inmediaciones de la Catedral, mientras los carteles en papel amarillo fuerte resaltaban con el sol. “Nos vamos a quedar acá hasta que nos den una solución”, sentenció Miguel Bazán, para añadir que otro grupo de mujeres se estaba ocupando de buscar frazadas y abrigo para pasar la noche ahí.
La mayoría tiene puestos de bijoutery, gorros, juguetes y afirman que es su única fuente de ingresos de unas 30 familias. Se resisten a irse a otras zonas, pues aseguran que las ventas son muy pobres, y no escatiman en aseverar que era otro el trato de las autoridades antes de las elecciones del 23 de octubre.