Urribarri admitió que nunca pensó en un contexto como el actual dado que el conflicto agropecuario ha estado presente durante más de la mitad de lo que va de su gestión. Reconoció la opinión pública quedó dividida y los ánimos “exacerbados” con “agravios” e incluso “agresiones personales”.
En lo relativo a las políticas implementadas en Entre Ríos para el campo, Urribarri reseñó que se está ampliando la red de electrificación rural en varios departamentos y mejoran los caminos secundarios y terciarios para la salida de la producción.
El Estado también financió proyectos de reconversión productiva de pequeños productores; gestionan ante el Banco de la Nación apoyo crediticio; y en 10 días se firmará “la solución definitiva para los pequeños productores que mantienen hipotecas con la entidad», agregó Urribarri.
El gobernador recordó que el gobierno nacional habilitó una oficina de la ONCAA en la provincia -en red con los municipios- para facilitar el acceso a las compensaciones. «Las compensaciones están en el futuro de la política agropecuaria de éste y de los próximos gobiernos que vengan en la Argentina. Por tanto los productores, pasado el fragor del conflicto, deben tratar de adaptarse a estas nuevas condiciones administrativas para la producción», completó.
Más adelante, sostuvo que: “la demagogia no es para mí”, sin hacer referencia al porqué de la utilización de ese vocablo. “Este gobernador ha cumplido cabalmente con su responsabilidad y obligación. Tarde o temprano lo comprenderán”, aseveró Urribarri, quien propuso al campo que seguir trabajando en conjunto, porque “el Estado tiene mucho que ofrecer a los productores para mejorar su perfil productivo”.
Por otra parte, remarcó que el Estado entrerriano debe pagar sueldos y jubilaciones a 110.000 personas; cumplir con contratistas y proveedores que significan 30.000 empleos; asistir financieramente a 72 municipios y 200 juntas de gobierno; alimentar a 100.000 personas diariamente y atender un sistema educativo de 300.000 alumnos y 27.000 docentes.
Además, manifestó que se impuso como prioridad mantener estable el sistema público. Y añadió que es su “mayor desvelo” porque: “es lo que me ha confiado el pueblo. Luego recalcó: “los gobernadores no podemos darnos ciertos lujos”, sin dar mayores detalles.