De acuerdo a los primeros datos brindados por fuentes policiales a Canal Once de Paraná, los malvivientes habrían reducido al encargado cuando éste abría el negocio. Uno de los trabajadores de la firma, indicó que un ladrón armado “entró y con un arma amenazó al encargado, pidiéndole la plata. Esto ocurrió cerca de las 8,30”. Estimó asimismo, que los «cacos» habrían llegado a la zona en un automóvil que quedó estacionado frente al comercio.
Dos personas que se hallaban en el local, ambos empleados de la firma, consiguieron escapar y uno de ellos alertó a la Policía. Esto hizo que quienes se encontraban perpetrando el hecho delictivo tomaran rehenes.
Los uniformados rodearon rápidamente el lugar. Personal especializado se apostó en los techos de las viviendas lindantes, mientras que mediadores llegaron al lugar para negociar con los malvivientes. Uno de éstos, mientras encañonaba a una de las personas del comercio, solicitó a través de una de las puertas laterales del lugar, un automóvil. Los delincuentes pidieron que se les provea un abogado y requirieron a Marcos Rodríguez Allende para sostener su defensa y asesoramiento. Allí se encontraban el subjefe de la Policía, Juan José Rosatelli y el juez de Instrucción Ricardo Bonnazola.
Transmitida la noticia en los diferentes medios, los familiares de los cuatro empleados del local comercial, llegaron al lugar con mucho nerviosismo y visiblemente compungidos por la situación de los jóvenes. Fueron asistidas por un grupo de especialistas de la Policía Provincial.
Pasadas las 12:20, y luego de las primeras negociaciones realizadas por el profesional y el magistrado a cargo del caso, uno de los rehenes, identificado como Pablo Arrebengoa fue liberado. Minutos más tarde, los asaltantes accedieron a liberar a una mujer que se trataría de Andrea Travesalo, una empleada del local comercial.
Antes de la liberación, el mediador les acercó a los delincuentes un paquete de cigarrillos que habían solicitado.
A las 12.47, fueron liberadas otras tres personas y finalmente los delincuentes entregaron las armas utilizadas para cometer el ilícito. Los sujetos salieron encapuchados y fueron introducidos por personal policial en un automóvil color bordó y trasladados al juzgado de instrucción en turno.
Según aseguran fuentes policiales, los delincuentes que ingresaron con fines de robo al comercio serían reconocidos en el ambiente delictivo y uno de ellos sería un convicto con permiso de salidas socio-familiares.
