Por sucesivos decretos de Solanas, en los primeros cinco meses del año se crearon 138 jefaturas en la administración de la comuna y se nombraron 55 jefes en cargos vacantes. Lo llamativo de los decretos es la superposición de ocupaciones de numerosos jefes designados, lo que hace sospechar a dirigentes opositores y profesionales de la municipalidad que es un caso generalizado de clientelismo político.
Los ejemplos son abundantes y sorprendentes. El decreto 348, por el que el intendente creó el cargo de jefe de departamento de Reparaciones y Mantenimiento del Mástil del Parque Nuevo, le otorga al ocupante la categoría 22, una de las más altas del escalafón municipal. Se trata de un área nueva dentro de la Dirección de Alumbrado Público.
Un jefe de departamento, en la burocracia local, tiene a su cargo jefes de secciones y empleados y obreros rasos, lo cual da una idea de la planta de personal que necesita la administración local para atender un gran mástil construido junto a las barrancas.
Los jefes de sección Charlas de Educación Vial tendrán categoría 20 y reportarán a la Dirección Registro de Conductor y Colisiones. Hay otros decretos que fundan jefaturas de sección inauditas, como la de Tarjeteros, en la Dirección de Conservación Vial, también con la categoría 22, de las más altas. La función de ese jefe será entregar las tarjetas en las que el personal marca sus horarios de ingreso o salida de su lugar de trabajo.
En la Dirección de Alumbrado Público existe ahora un jefe de departamento de Luminarias Zona Sur, otro jefe de departamento de Luminarias Zona Norte, un tercer jefe de departamento Nuevas Luminarias y un cuarto de Alumbrado y Reparaciones Vespertinas, todos con altas categorías.
En el cementerio, el salón donde se guardan las herramientas (cucharas de albañil, palas, escobas, tenazas, pinzas, martillos, etc.) está a cargo desde ahora de un jefe de sección pañol turno mañana y de otro turno tarde, ambos cargos nuevos. En el mismo cementerio fueron creadas cuatro secciones nuevas para inhumaciones, de tarde y de mañana, y para exhumaciones, de tarde y de mañana. Se inventaron también una jefatura de departamento de inhumaciones y otra de exhumaciones.
Confusión
Las superposiciones resultantes de la enorme cantidad de designaciones causan extrañeza y confusión. En la Dirección de Transporte, por caso, se creó un cargo de jefe de sección de inspectores turno mañana y, al mismo tiempo, uno de jefe sección de inspectores turno matutino zona sur y otro de jefe de sección de inspectores turno mañana zona periférica, que bien podría ser la que está al sur de la ciudad.
En la misma Dirección de Transporte se creó el cargo de jefe de sección de Inspecciones de Alcoholemia, al tiempo que en la Dirección de Tránsito Vehicular se designó un jefe de sección Alcoholemia.
En algunos casos, los decretos no llegan a darle un nombre a la responsabilidad que supuestamente asumirá el nuevo empleado. Así es que se crearon varios cargos de jefe de sección sin decir a qué sector están destinados. Eso ocurre, por lo menos, en el cementerio y en la Dirección de Tránsito.
Profesionales de la comuna consultados estimaron que sólo en estas designaciones el municipio deberá erogar casi 2.400.000 pesos al año. Lo más complicado será organizar la cadena de mandos sin un manual de funciones a la vista. Las categorizaciones aumentan además los ingresos de los jefes por códigos que reconocen responsabilidad en la función, estabilidad, presentismo y el propio ascenso.
El municipio cuenta en la actualidad con alrededor de 5000 empleados, de los cuales casi 1000 fueron nombrados por la gestión de Solanas. A ello se suma, dicen los profesionales de la propia comuna, un verdadero desorden en los organigramas.