En esa idea no se descartaba que el hombre de 60 años, oriundo de Capital Federal podría haber ingerido algún elemento tóxico.
El juez Ricardo González comprobó junto al personal policial que la puerta del departamento estaba cerrada con llave, que no había desorden y el hombre fallecido, en bata, había caído debajo de un escritorio, luego de escribir –aparentemente– una carta.
A esa altura de la mañana se hizo saber que la muerte era dudosa, por lo que dispuso practicar una autopsia en la morgue de Oro Verde para establecer las causas del fallecimiento.
El empresario, casado y divorciado, era apreciado en el emprendimiento comercial-cultural, tanto por sus empleados como por los integrantes de la Sociedad Italiana.
Scanapieco era el gerente administrador del grupo que a mediados de julio se hizo cargo de la remodelación y reapertura del Cine Rex en Paraná.
Se supo que el 23 de julio el empresario había cumplido 60 años.
Extraoficialmente se conoció que la nota estaba dirigida a un hombre ligado al cine. Allí el empresario hacía saber que estaba un tanto cansado de poner la cara a todos los problemas económicos y financieros del grupo.
Scanapieco alquilaba el departamento desde hacía pocos meses, y según dichos de un vecino habría vivido junto a otra persona, pero ese dato no fue confirmado por la Policía ni por las autoridades judiciales.
Giro
Sin embargo, anoche UNO estableció que al departamento de calle Cervantes ingresaron nuevamente el juez González junto a investigadores de la División Homicidios. De ese modo se apartaba de la causa al personal de la comisaría primera, que seguía la línea del suicidio.
La autopsia, que se terminaría hoy (UNO accedió a un anticipo extraoficial), ya habría determinado la aparición de golpes y magullones en el cuerpo que habrían sido letales. La muerte del empresario habría sucedido en horas de la madrugada de ayer, pero más allá de esto ninguno de los vecinos vio nada ni escuchó situaciones que llamaran la atención.
Sorpresa
Consultada anoche una autoridad de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, no ocultó su sorpresa y dolor por el fallecimiento del empresario, que tenía una gran relación con la entidad que concesionó al grupo porteño la explotación del cine Rex.
Si bien a esa altura de la jornada no conocían la posibilidad de la muerte violenta, se hizo especial hincapié en destacar sus condiciones humanas. Se conoció que en la tarde llegó procedente de Buenos Aires un sobrino y un hermano que iban a realizar el traslado del cuerpo una vez que fuera autorizado por el juez de instrucción Ricardo González.
La investigación
Por orden del juez González, anoche se trabajaba en afianzar la posible idea de un homicidio y para ello se buscaban incansablemente elementos y datos que pudieran llegar a determinar quién podría haber sido el autor del hecho violento, más teniendo en cuenta que – si la hipótesis se confirma– el ejecutor del crimen también analizó con frialdad el hecho para luego tratar de crear un escenario imaginario de un supuesto suicidio.
La investigación también trataba de establecer qué personas podrían haber tenido acceso al departamento y si fue cierto que alguien vivió hasta pocos días antes de la muerte dudosa.
El magistrado optó por no hablar con los medios de prensa y sólo se limitó a recibir los informes policiales y médicos para diagramar los pasos a seguir.