PARANÁ : Dos niños con SIDA, perseguidos, hacinados y con el estigma de la pobreza

Vecinos de barrio Cáritas, en la intersección de Larramendi y Cortada 1096 de Paraná, viven en condiciones de extrema pobreza. Conviven en la zona más de 33 familias que lograron construir pequeñas casas gracias al aporte de los terrenos por parte de la Municipalidad. Sin embargo hay otras cinco familias que aún no lograron ubicarse dentro del barrio y se alojan en casas prestadas o incluso intrusadas. Reclaman a la comuna que entregue los terrenos que existen en la zona o aseguran que serán intrusados. Tales lotes ya fueron adjudicados a otros beneficiarios. Dentro de las cinco familias que solicitan un espacio físico, se encuentra la situación de Domitila Robles, una mujer que tiene nueve hijos y dos nietos. Estos dos últimos con el virus del HIV, Sida.
Se trata de un núcleo familiar que padece múltiples inconvenientes y antecedentes. Son asistidos por diferentes reparticiones del gobierno: Salud, Acción Social y dos programas del Consejo del Menor.

Los Robles
Sólo dos habitaciones dan cabida a más de 12 personas. La señora mayor no percibe ayuda económica a través de planes sociales y sólo alimentaria.
“Tengo dos nietos con sida que son asistidos con los medicamentos en el hospital de niños San Roque. Pero vivimos mal”, contó la mujer, y agregó que uno de los nenes no tiene mamá porque falleció hace un tiempo como consecuencia del sida. En este sentido dijo que si se le otorgara un terreno ella podría levantar una pequeña casa.
“El Ministerio de Acción Social se comprometió a entregarme todos los materiales, pero no tengo dónde hacerla”, relató.
La mujer contó que habló del tema con el director municipal de Suelos sobre la situación, pero no logró respuestas. “Ahora voy a intrusar uno de estos terrenos y las otras familias también lo van a hacer”, prometió con voz enojada.

Asistencia social
En el Consejo del Menor, autoridades contaron a Uno que la Dirección de Acción Social está en trámites para adquirir una vivienda para el grupo familiar. Aparentemente psicólogas y asistentes sociales están al frente de un relevamiento en el barrio que intenta encontrar los medios para que las familias de extrema pobreza vivan dignamente.
Gonzalo Casas, integrante de la Dirección de Derechos y Programas para la Niñez del Consejo del Menor, detalló que en ese organismo dos programas se ocupan de paliar la coyuntura de la familia Robles.
El primero de ellos es el Servicio de Acompañamiento en la Comunidad (SAC) dependiente de la Dirección de Rehabilitación y Reparación de Derechos del Consejo del Menor. Allí asisten a Jesús Robles, un joven de 17 años quien tuvo problemas penales. Pero no ofrecieron más detalles.
Por otro lado el Servicio de Protección Comunitaria denominado El Patio, dependiente del Consejo del Menor está interviniendo en los controles de HIV. “Son los encargados de acompañar a la señora Robles a que vaya con sus nietos al San Roque para practicarse los controles”, contó Casas. Según especificó, desde el mismo programa también asisten a otra de las nenas del grupo familiar que necesita anteojos.

“Vivimos a lo indígena”
Mas allá de Robles, también viven en la indigencia 33 familias vecinas. “Nosotros vivimos como indígenas. No tenemos luz, no recibimos ayuda económica. La vecinal no nos entrega los bonos para el gas”, describió Berta Albornoz, vecina del lugar.
Aunque aclaró que el Ministerio de Acción Social comprometió la mejora del barrio a través de la construcción de baños y algunas piezas. Ayer, por caso, llegaron 93 pares de zapatillas y algunos colchones. La mujer también ensayó una queja vinculada a sus necesidades que deslizó, podría ser paliada ahora “que se vienen las elecciones”.

“Hay miedo a denunciarlos”
Vecinalistas manifestaron a Uno que en la zona esta familia causó varios hechos delictivos, motivo por el cual se ganaron el rechazo de un sector de la comunidad. El jefe de la comisaría 11ª, Héctor Rumis, confirmó los dichos.
El oficial especificó que los familiares de Robles cometieron varios arrebatos. Entre ellos robos de bolsos y carteras y sustracción de elementos de las viviendas. También fueron protagonistas de robos de bicicletas. “La gente no se anima a denunciarlos con nombre y apellido. Pero muchas veces sabemos quiénes son los protagonistas de los hechos”, contó. Dijo desconocer si cometieron delitos mayores.

Los terrenos adjudicados
José Lambarri, director de Suelos de la Municipalidad, dijo que los terrenos que reclaman los vecinos del Cáritas ya tienen dueños. “Fueron otorgados a otras cinco familias que también tienen necesidades insatisfechas”, precisó.
Respecto del caso de la señora que tiene a su cargo 11 personas, contó que como los terrenos del barrio Cáritas son muy pequeños, la comuna “busca un lugar mayor para que pueda construir una casa un poco más grande porque es mucha gente la que vive bajo el mismo techo. Le ofrecimos Parera y dijo que le quedaba muy lejos para los chicos que van a la escuela. También ofrecimos Zanni, pero se niega a salir del barrio”, dijo Lambarri.

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