“Por favor, no me pidan que les dé sus nombres ni que se presten a entrevistas, porque les puedo asegurar que estos chicos han quedado muy traumados por lo ocurrido. Temen represalias, temen a la Policía y algunos de ellos no han podido superar emocionalmente ese momento en el que pudieron haber perdido la vida, y si no fue así es por un milagro”, expresó el letrado.
Los damnificados viajaban a bordo de un Volkswagen Gol rojo cuando comenzaron a recibir disparos de armas de fuego el domingo pasado, debido a que no se habían detenido ante un control policial. Los policías, confundiéndolos con un coche en el que huían asaltantes que acababan de robar en un restaurante, la emprendieron a tiros.
Ayer, en horas de la mañana, declaró otra de las cuatro chicas que iban en el asiento de atrás, junto con los dos jovenes que iban adelante en el VW Gol. La testigo declaró que llegaron hasta donde estaban los patrulleros estacionados en la calle y esperaban para pasar, porque no sabían que era lo que ocurría. De repente vieron que se acercó un Renault sin identificación por atrás y alcanzaron a ver a una persona mal vestida que se bajó corriendo y con un arma en la mano
La estampa del policía de civil los asustó y quisieron pasar con el coche haciendo una maniobra, pero nunca se imaginaron que esos que venían de atrás eran policías, expresó Martínez.
La declaración de ayer confirma que “al menos dos personas con uniforme dispararon contra el auto y esta muchacha dijo que al ver eso tomó a la amiga que estaba a su lado y la arrojó contra el piso del coche y ella se tiró encima. Pero las que estaban a ambos lados fueron las que resultaron heridas, porque se quedaron quietas”, dijo el abogado.
La testigo aseguró en instrucción que uno de los jovenes que salió del auto y mientras gritaba que no tiraran, se arrojó al piso. “Allí, los que estaban con uniforme lo golpearon con brutales patadas y culatazos, por lo que hoy sigue hospitalizado con una seria lesión en la cabeza. Pero también dijo esta chica que algunos de estos policías de uniforme, se tapaban los rostros con partes de su indumentaria mientras actuaban con esta inusitada violencia”, relató Martínez.
Finalmente, el abogado que representa a los jóvenes dijo ayer que escuchó que algunos de los defensores manifiestan que no todos tiraron. “Aquí no solamente valen los testimonios visuales, sino las pericias y otras pruebas. Por ejemplo, dos de las víctimas no podían mirar si les tiraban desde atrás, pero sus heridas —una en una pierna y otra en un brazo—, se comprobaron que fueron por proyectiles que ingresaron de atrás hacia adelante”, menciono el prestigioso penalista.
Marciano Martínez lamentó la situación “por la que están pasando estos pibes que tienen una vida sana, el que manejaba el coche es estudiante de ingeniería en Santa Fe, una de las chicas es avanzada en traductorado de inglés y otra de las pibas estudiante de abogacía, al igual que los otros dos, toda juventud prometedora y no es justo que tengan que pasar gratuitamente por esto”.