Las autoridades de la escuela lograron detectar al supuesto autor.
El rector del establecimiento, Miguel Langhi informó que una vicerrectora y una psicopedagoga emprendieron un trabajo dinámico en grupo en el segundo año del Polimodal del turno mañana con el fin de conocer al alumno que colocó el artefacto y los motivos que llevaron a tal determinación. “En las reuniones los chicos escribieron qué fue lo que pasó y quién supuestamente pudo haber sido”, relató el directivo para aclarar que “una vez que se establezcan concretamente los motivos y el sentido de lo que pasó se analizarán las sanciones que se puedan aplicar”.
Langhi advirtió que “los compañeros difundieron el nombre del chico de 16 años que pudo haber puesto la caja, los cuales resaltaron varios indicios”.
A paso siguiente se convocó a los padres del alumno que en el establecimiento era un referente o líder del grupo por haber sido el ganador de varias olimpíadas científicas de la ciudad y la región. “Los padres quedaron sorprendidos por la situación, porque es un joven ejemplar y destacado que no tenía antecedentes. Sin embargo el papá reconoció varios elementos de su propiedad en el interior de la caja”, resaltó el rector.
A la hora de analizar los motivos, indicó: “En la charla que mantuvimos con el chico surgieron varios motivos, algunos de los cuales quedaron en firme y sobre los que estamos trabajando”.
No descartó el docente que “exista algún motivo de celos hacia otra alumna”, en esa hipótesis se reforzó la idea de celos hacia las buenas notas de su compañera a la que podría verla como una potencial competidora para la obtención de la Bandera de Ceremonia.
El adolescente contaría con excelentes notas y al conocer que la supuesta rival estaría en condiciones de disputar el mejor promedio, habría actuado para intimidarla.
Langhi aseguró que “tras varios días de trabajo, el menor reconoció haber participado del hecho por lo que sobre esa base se analizarán los pasos a seguir”.
En este marco, detalló que “la escuela está estudiando tomar medidas disciplinarias con el alumno. La primera fue disponer que se suspenda la continuidad del ciclo lectivo, ya que al faltar tan pocos días para finalizarlo y como el chico cuenta con excelentes notas se le dio por aprobado el año, pero además el Consejo Consultivo Académico resolverá qué acción se tomará en el futuro”.
El organismo compuesto por representantes del centro de estudiantes, directivos, coordinares, cooperadora y padres “puede llegar a aplicar amonestaciones o bien solicitar al Consejo General de Educación la expulsión del alumno”.
A criterio personal, Langhi dijo “que las amonestaciones siempre se aplican en faltas menores, y acá se está ante una acción que es grave y violenta y que atenta contra el código de convivencia”.
Remarcó que “a pesar que desde la comunidad educativa siempre está la intención de contener a todos, hay límites frente a la intimidación producida porque los propios compañeros pueden resistirse a compartir el año con el autor del hecho”.
“Por ello, ante todo se consideró importante que un profesional asista al chico”, referenció el directivo.
En el establecimiento un grupo de padres comentó a UNO que se habían enterado que los progenitores del alumno cuestionado analizarían los pasos a dar. No se sabía si aceptarían de modo voluntario solicitar el cambio de colegio, o bien podrían resistir el posible pedido de expulsión acudiendo a la Justicia para hacer valer los derechos del adolescente.