“Para tener la palabra” tenemos que estar

El martes a la noche desearía encontrar mucha gente en el auditórium, muchos concordienses reunidos para informarse pero también para hacer conocer su opinión.
Porque pareciera que todos tenemos algo para decir sobre los medios de comunicación. Algunos porque hemos despertado a toda una realidad que antes resultaba invisible y hoy están muy presentes. (Quienes manejan los medios de comunicación, con que intenciones lo hacen, que influencia tienen sobre la política que rige nuestro destino colectivo).
Otros simplemente porque los medios forman parte de nuestra vida. Los medios están presentes en las conversaciones de todos los días, los personajes mediáticos son motivo de conversación, incluso para los que decimos ¡qué barbaridad! y aún así, continuamos pegados a lo que nos escandaliza o nos lastima.
Probablemente habrá alguna gente absolutamente conforme con todo lo que recibe a través de los medios de comunicación pero yo no la conozco. A mí me pasa que cada vez que hablo con alguien sobre el tema, escucho expresarse la disconformidad, la crítica, la expectativa casi siempre difusa de algo mejor y diferente. En mayor o en menor medida ahí donde uno vaya encuentra el hartazgo con la guarangada, el tedio de recibir siempre lo mismo, la desconfianza o el absoluto descreimiento ante muchos mensajes, etc.

El año pasado, invitado a coordinar una mesa sobre violencia y medios para el foro Concordia sin violencia, tuve la necesidad de informarme lo más posible sobre el tema y descubrí la cantidad de material que se ha generado en ese sentido. Los efectos de la violencia propagada por los medios de comunicación sobre la sociedad y principalmente sobre los niños están sobradamente estudiados y constatados. Sin embargo no se detiene la violencia que aparece en los medios de un modo cada vez más explicito. La violencia vende.
Pero no solamente es violencia la que entendemos así en un sentido literal. También es violencia la uniformidad de la información, el recibir un discurso único. Y hay formas de violencia ante las cuales no reaccionamos porque ya las tenemos naturalizadas, como el hecho de prender una radio y escuchar en el dial mucha música en un idioma que no comprendemos y resultarnos a veces casi imposible escuchar música folklórica, ni hablar de música de nuestra región entrerriana. ¿Cuántas veces tenemos la suerte de encontrar una emisora que esté pasando música litoraleña? Y eso que tenemos asumido como algo normal no lo es ni es menor. Es de una violencia simbólica enorme. Contribuye a hacernos sentir menos, a sentir que lo importante es lo que se hace en otra parte y lo nuestro algo de inferior categoría.
También lo es el hecho de que los mejores programas de radio nos lleguen desde la capital, mientras que aquí no existe un apoyo para encarar proyectos de ese nivel, los auspicios son pocos e insuficientes para formar grupos de trabajos idóneos y bien remunerados, para contar con buena producción, etc. Seguramente repasar este panorama aburre y deprime a cualquiera, hemos escuchado tantas veces sobre nuestras imposibilidades y limitaciones…
Pero muchos estamos entusiasmados y esperamos contagiar nuestro entusiasmo a los demás porque creemos que hoy están dadas las condiciones para que el panorama cambie drásticamente y para mejor.
Esto se debe indudablemente a la nueva ley de medios audiovisuales pero no voy a detenerme a reivindicarla aquí. Yo creo que esa ley es buena pero al mismo tiempo creo que lo es o lo será solamente en la medida en que nosotros hagamos algo bueno a partir de las posibilidades que abre. Me parece que si no participamos en la búsqueda de lo que pensamos que nos merecemos en esta materia, la ley en sí misma podría no llegar a cumplir sus ambiciosos objetivos.
Sabemos que desde la Constitución Nacional en adelante muchas leyes son letra muerta y el ideal con que fueron elaboradas nunca se ha cumplido.

Con el grupo que integro, el movimiento de opinión abc democrático, en su momento publicamos una serie de documentos, cartas abiertas a los legisladores y organizamos un acto en defensa de la nueva ley de medios audiovisuales.
Pero con el anhelo de que nuestras acciones pudieran ir a lo más concreto y en relación a nuestro ámbito más cercano, el de nuestra ciudad, empezamos a idear la propuesta que estamos próximos a llevar a cabo este martes.
La respuesta que obtuvimos de parte de las autoridades de las instituciones
con las que nos entrevistamos para invitarlos a participar siempre fue muy alentadora y eso nos dio mayor impulso.
Como ya lo hemos hecho saber a través de comunicados publicados en diversos medios, el eje de este acto público es interesar a varias instituciones, de las más importantes en nuestra ciudad, en la posibilidad de que generen nuevos medios de comunicación en beneficio de todos, compartir la información acerca de cuales son concretamente las posibilidades que abre la nueva ley de medios para Concordia y su gente e invitar a toda la comunidad a expresarse. A contar que es lo que quiere, que es lo que siente, que es lo que necesita.
Ojala podamos ser un puente entre quienes pueden hacer un aporte desde su estructura institucional y quienes sostienen esas estructuras como ciudadanos. Para que empiece a canalizarse positivamente esa disconformidad y ese anhelo difuso de algo mejor que aún no ha encontrado un modo constructivo de expresarse.
La intención es que todos los que durante mucho tiempo nos hemos sentido meros receptores resignados, espectadores de realidades que se generaban y decidían muy lejos de nosotros, hoy podamos ser protagonistas decidiendo y buscando la comunicación que nos merecemos. Es cierto que, aunque como sociedad de a poco empezamos a movernos, todavía estamos acostumbrados a una era de apatía y la participación nos cuesta.
Pero, para empezar, no estamos pidiendo mucho. Solo hacernos un tiempito, dejar algún otro compromiso, o el mismo televisor que a veces tanto nos disgusta, para aprovechar una oportunidad que hasta ahora no se había dado.
Espero ver el martes en el Auditórium a muchos de los que tantas veces nos hemos quejado de una realidad comunicacional que no aceptamos, para que entre todos la empecemos a cambiar.
Los invito a venir al Auditórium, este martes 5 a las 20 hs.
Como hemos venido diciendo en estos días “Para tener la palabra” tenemos que estar.

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